JORGE ENRIQUE ABELLO

Jorge Enrique Abello Moreno (86) reconocido actor de la televisión colombiana, invitó al equipo de La Cartelera, a su lindo apartamento en el norte de la ciudad, para compartir una agradable charla acerca de su vida en el Moderno.

Abello, último de sus cuatro hermanos, estudio Comunicación Social y Licenciatura en Estudios Literarios en la Universidad Javeriana. A lo largo de su carrera ha sido ganador del premio a Mejor Actor Protagónico, Mejor Actor Revelación, entre otros reconocimientos.

Esta fue la entrevista:

La Cartelera (LC): ¿En qué año ingreso al Gimnasio Moderno?

Jorge Enrique Abello (JEA): Yo entre en 1973, soy de la promoción 1986. Entré a Montessori I con Beatriz Pacheco.

(LC): ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene del colegio?

(JEA): Recuerdo la arenera, el olor a lápiz tajado y plastilina del salón de Beatriz. El olor a lluvia de los pinos, los marranitos del quiosco y mi árbol favorito, que parecía una nave espacial.

(LC): ¿Los amigos de Montessori… son los mismos de hoy en día?

(JEA): Si, más o menos. Los amigos del Moderno son gente muy especial y querida. Han cambiado algunos, no todos están como quisiera, pero sí, mis amigos están. También quiero muchos profesores.

Yo tengo dislexia y por esta razón estuve muy cerca a mis maestros. Ellos me ayudaron desde el corazón. Son grandes personas, grandes seres humanos, grandes ejemplos. Yo, en parte, soy lo que ellos me enseñaron, cosas bonitas, valores… Me dieron la posibilidad de encontrar en el arte una forma de expresión, de encontrarme a mí mismo, me dieron la posibilidad de quererme, me regalaron el hábito de la lectura, me presentaron los grandes escritores, los grandes dramaturgos, me presentaron el cine… y cine de verdad. Con ellos aprendí todo lo que soy. Básicamente yo ni siquiera tuve que haber ido a la universidad, con lo que me transmitieron ya tenía. Gracias a lo que me exigieron, pude ir más allá.

Foto tomada de: http://www.mundotkm.com/co/famosos/21880/asi-de-lindo-era-don-armando-a-sus-15-tiernos-anos

(LC): ¿Cómo fue su vida en el Moderno?

(JEA): La vida en el Moderno en mi época era distinta. Para vivir en un colegio de hombres, tenías que hacerte respetar y eso era a los puños. Detrás del Cubierto o de la Capilla. Hice grandes amigos peleando. Fui muy feliz, porque la vida de todo niño y adolescente tiene momentos buenos, momentos malos, dolor, frustración. Se burlan y te burlas. Es difícil un colegio de hombres, pero tenía el teatro Fernández Madrid donde podía jugar, recovecos, lugares donde podía estar y gente que me podía recibir.

Quisiera que mis cenizas estuvieran enterradas en el Moderno. Así lo quiero.

Recuerdo mi árbol, ir a la Enfermería a comprarle cosas a la asistente que vivía allá. Recuerdo las épocas de los cucarrones volares y el olor a pino recién cortado.

(LC): Uno de los momentos más importantes de todo gimnasiano son la excursiones ¿se acuerda de alguna?

(JEA): Recuerdo cuando atravesamos la Cordillera Oriental desde La Calera hasta los Llanos Orientales con Nelson Cuervo. Fueron ocho días de caminata y campamento. Aprendí en esa excursión, que cada vez que tengo una situación límite, puedo ir más allá.

Fue una experiencia que nos marcó para siempre. Todos tuvimos que hacer un esfuerzo enorme para entender cómo iba a ser el mundo. El nuestro es un colegio que a través de las excursiones, lo lleva a uno a situaciones límite, en un territorio tan hermoso como Colombia. Cuando me encuentro con la gente con la que viví esos momentos, nos miramos sabiendo que tenemos lo mismo por dentro.

(LC): ¿Hizo alguna pilatuna?

(JEA): Yo era muy necio en el colegio. Recuerdo que no vocalizaba bien, tenía problemas porque hablaba muy rápido. Recuerdo que una vez Isabelita Holguín de Gómez me puso de protagonista en una Zarzuela y a la mitad de la presentación, llamó a Torres y le dijo “reemplace a Abello porque no sabe hablar”, por lo tanto mi primer personaje de teatro fue un árbol. Sin embargo, no era mi estilo hacer pilatunas, yo no capaba clase, ni bebía, mi humor era verbal y todo lo decía molestando, no me sacaban de clase, los profesores se reían conmigo, era inquieto.

Me acuerdo una vez, en clase de Religión, había un proyector de opacos, donde el profesor ponía láminas de la Virgen y de Cristo para explicarnos pasajes de la Biblia. Yo tenía una revista Playboy y en una de esas, él saco un libro y yo puse la revista ahí… nos reímos mucho.

(LC): ¿Cree que el Gimnasio Moderno lo llevo a ser quien es hoy?

(JEA): Absolutamente, yo le debo mi formación a mis profesores y a mi colegio.

(LC): ¿Qué materia era el coco?

(JEA): Física, yo no entendía nada. Las Física y la Química son materias que sí no tienen contexto, no sirven para nada. No se debería explicar Física sin Matemáticas. Y las Matemáticas deberían ser el resultado de entenderla. Pero en esa época no era así, yo no entendía Matemáticas, era un imbécil para el profesor. Amo la Física, pero me hubiera gustado entenderla más, amo la destrucción de las cosas, pero con contexto. De qué sirve saber que H2O es la fórmula del agua, si estamos llenando de mercurio los ríos, si la desperdiciamos y la envenenamos, si las fabricas vierten sus contenidos en vertientes puras…

Una vez le pregunte a “Castor”, -que más de una vez me saco de clase- “Perdón profesor. Si yo sé que el señor quiere ir en un globo del punto A al B, qué va a esta velocidad y a esta altura. Por qué usted quiere que yo diga cuándo va a llegar, si lo importante es ¿por qué el señor quiere ir allá?”, Castor me respondía “¡Fuera!”. Siempre pensé que mi pregunta era lógica, los cerebros que no son matemáticos necesitamos de un poco de contexto.

(LC): ¿Y una materia con todo el contexto…?

(JEA): Teatro, Taller de Letras, Filosofía, Historia, Español… todas. Me permitían entender un poquito quién soy y puedo ser un punto de referencia de verdad importante.

 

(LC): Cuando era niño, ¿qué quería ser?

(JEA): Yo desde pequeño quise ser todo lo que sueña un niño de mi generación. Ser vaquero, astronauta o bombero, era con lo que me identificaba. Me gustan mucho los héroes, he estudiado mucho el tema de los héroes. Los caminos que cruzan los héroes para ir de un lado a otro, para saber y  entender. El héroe es un personaje que hace que las civilizaciones evolucionen. No son sólo personajes que se sacrifican, son personajes que además de matar al dragón, se convierten en maestros y son capaces de enseñar a su pueblo como en otras épocas se hacían las cosas, cómo ver lo que no se puede ver, cómo defenderse de los monstruos, entonces no quería ser otra cosa que héroe.

(LC): Después del Gimnasio Moderno… ¿qué?

(JEA): Mis estudios profesionales comenzaron en el Gimnasio Moderno. Cuando estaba en Cuarto de Primaria, llegó la nieta de don Agustín, Adelaida Nieto, con una mirada distinta sobre las Electivas. Ella enseñaba Teatro, todos quedamos enamorados de ella. Fue un momento muy emocionante porque empecé a descubrir cosas que me gustaban muchísimo. El año siguiente, entró otro profesor, Jorge Emilio Salazar, quien ya murió, ellos fueron los profesores más queridos por mí en Teatro. Fue muy bonito, porque descubrí mi verdadera vocación.

Yo tengo dislexia, condición que me impedía obtener los resultados académicos que esperaba. Cuando estaba en el colegio, era una situación que no detectaban rápidamente y la descubrí ya en la universidad. Luche mucho con la frustración, porque estudiaba mucho y no tenía buenos resultados. Fue muy duro, pero el teatro se convirtió en la puerta para entender. En el colegio escogí Teatro hasta Quinto de Bachillerato.

(LC): ¿Cómo empezó su vida profesional?

(JEA): Yo seguí mis clases, cambie mis talleres porque quería escribir, tomaba Electivas con Galindo en Teatro o con Pompilio en Taller de Letras, ahí completé mi vida y empecé mi carrera universitaria. Después estudié Comunicación, me especialice en Dirección de Televisión Educativa. Estudié Literatura, carrera que no terminé y aprendí a hacer cine en Italia. Me quede allá por un tiempo aprendiendo y trabajando. Cuando llegué a la Universidad, había estudiado tanto en la vida que era un monstruo.  

Vuelvo a Colombia en 1997 antes de salir de la Universidad e inicio mi carrera en la televisión, cargando cables en Caracol, como Asistente en el Área de Producción, luego en asistencia de Dirección, y de vez en cuando actor, cuando alguien faltaba. Quedé como Director de planta y encargado del Área de Publicidad, hasta que el Director, Andrés Marroquín, me dio la oportunidad participar en la serie “Espérame al final” y “Caballos de fuego”, fueron series muy bonitas.

En 1999 acababa de terminar “Perro amor” con mucho éxito, hacia un papel que tenía mucho humor y estaban buscando un galán parecido para “Hasta que la plata nos separe” de Fernando Gaitán. Todo iba bien, pero se decidió producir primero “Yo soy Betty la fea”. Hice el para “Todos me llaman Lolita”, un papel de bobo y me lo gane. Sin embargo, John Bolívar, me invitó al del protagonista de Betty, hice la prueba con quince mujeres. La escena era el primer beso de don Armando con Betty, y debía besar a las quince y bueno, besé a todas ese día, estaba feliz. Al poco tiempo me llamaron para decirme que no escogieron a ninguna, me escogieron a mi, y ahí empezó todo.

Foto tomada de: http://www.desdelaplaza.com/pop/betty-la-fea-regresa-con-el-mismo-elenco-despues-de-17-anos/

 (LC): ¿Cómo maneja la fama?

(JEA): La fama es algo inmanejable, es un deseo que tiene todo el mundo, es un sueño que la gente quiere, y cuando lo obtiene se puede convertir rápidamente en una pesadilla. Especialmente si eres joven, si no has vivido, si no tienes mucha educación, puede ser tu peor enemigo. Yo no soy una persona dada a especular sobre la fama o a vivir de ella. A mí me gusta mi trabajo: actuar, escribir y dirigir me gusta mucho. No soy una persona con relaciones sociales muy activas, ni me gustan, no soy dado a la gente.

Foto tomada de: http://fanpix.famousfix.com/gallery/jorge-enrique-abello/p10356550

(LC): Ya para terminar, ¿qué mensaje da a la nueva generación del Moderno?

(JEA): Yo les diría que aprovechen sus años en el colegio, porque son años muy felices. Que aprovechen el lugar que tienen y que entiendan que la Disciplina de Confianza no es la capacidad que uno tiene de burlarse o de pasar por encima de otro, sino la capacidad que uno tiene de ser escuchado y escuchar a otros. Es la base de la civilización, es la base de una sociedad con equidad, que la Disciplina de Confianza no da campo, ni a trampas, ni a que el bien particular este por encima del común. Sino da a la posibilidad a que nos entendamos y que entablemos un dialogo libre.

Que se exijan mucho, porque la vida que viene va a ser muy exigente y el país necesita líderes, pero los líderes del país tienen que ser personas que piensen por el país y no por su bien particular.

Que entiendan que el principal enemigo con el que van a tener que luchar es la corrupción, que se está devorando a este país.

Que el Bello Carácter es la voluntad de un ser humano por ser mejor para sí mismo y de ahí servir a los demás.

Que Izar la Bandera significa tener la posibilidad de decir “yo pude”, y que ir a la iglesia es la oportunidad de entender que hay mundos más allá de los que ven nuestros ojos. Y esas posibilidades que te las brinda el Moderno, que no están en otros lugares ni en otros colegios, porque es la posibilidad de que te entiendan como eres.