La travesía la emprendieron los exalumnos: Luis David Peña (promoción 1985), Andrés González “El Polaco” (promoción 1987), Alejandro Albán (promoción 1988) y Juan Carlos Madriñán (promoción 1992), el pasado 10 de febrero de 2022, por los bellos paisajes de la cordillera Oriental en el departamento de Boyacá, y como no podría ser de otra forma, inició en Bogotá.

Juan Carlos Madriñán, Andrés González, Alejandro Albán y Luis David Peña.
Un viaje de más o menos 11 horas de recorrido terrestre, los llevó hasta las Kabañas de Kanwara, en inmediaciones a la Sierra Nevada del Cocuy. Los expedicionarios en cuestión sabían pocos datos, los unos de los otros, salvo sus nombres, sin embargo, los unía el haber vivido una inolvidable etapa escolar, en el mismo lugar, el Gimnasio Moderno; por lo que tenían claro que sería una aventura que valdría la pena.

Luis David Peña y Alejandro Albán
El trayecto abarcó distintos municipios entre los que se encuentran Güicán, Duitama, Guacamayas y Soatá. Un sinfín de anécdotas y una botella de whisky (si, solo fue una), fueron los aliados de los más de 267 kilómetros que los separaban de su destino, la Sierra Nevada del Cocuy.
Luego de una fría noche, inició la primera actividad grupal. Una caminata hasta la espectacular Laguna de San Pablín, que les permitió apreciar lo maravilloso del ecosistema de la región. Este recorrido les hizo posible adaptarse un poco más a la temperatura y estar listos para todo lo que aún faltaba por hacer.
De regreso a las cabañas, nuestros cuatro protagonistas fueron recibidos por las encargadas, quienes los atendieron con delicias típicas de la región. A la mañana siguiente, ascendieron sobre el Pico del Ritacuba Blanco, durante 12 kilómetros. Subida que les exigió su máximo esfuerzo físico, llegando a alturas de más de 4.800 metros sobre el nivel del mar, algo, a todas luces, complejo.
Después del descenso, se dirigieron a la población de Güicán que ‘premiaba’ la osadía de los expedicionarios, quiénes aún no podía creer la oportunidad de haber divisado unos paisajes de semejante magnitud. Allí descansaron y se alistaron para tomar camino de vuelta a la ciudad.
El domingo, llegó el momento de regresar a casa, esta vez tomaron la ruta de Capitanejo llegando a Soatá, no sin antes hacer unas compras obligadas en una región tan rica gastronómica y artesanalmente; tomaron la ruta aledaña al imponente Cañón del Chicamocha y posteriormente, la vía que une al departamento de Boyacá con la ciudad de Bogotá.
Para todos fue una experiencia inolvidable, pudieron contemplar hermosos paisajes, conocer nuevos lugares, disfrutar de la naturaleza y aprender sobre pisos térmicos, cada uno de ellos explicados por el guía Andrés González “El Polaco”, biólogo de profesión y apasionado del outdoors.