Diego Chaves-Gnecco

Exalumnos destacado de mayo

En esta oportunidad la Asociación de Exalumnos tuvo el honor de entrevistar al gimnasiano, Diego Chaves-Gnecco, exalumno de la promoción 1987, doctor en medicina, con maestría en Salud Pública, pediatra del desarrollo y la conducta, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, director y fundador del programa “Salud Para Niños”.

Ha sido honrado con varios reconocimientos por su trabajo y sus servicios a la comunidad.

A continuación, les presentamos la entrevista que la Asociación le realizó:

Asociación de Exalumnos del Gimnasio Moderno (AEGM): ¿En qué año entró al Gimnasio Moderno?

Diego Chaves-Gnecco (DC): Comencé mis estudios en el Gimnasio Moderno en 1976, aunque mi primera visita al colegio, probablemente, fue alrededor de 1975. En esa época mi papá me llevó a inscribirme al colegio, recuerdo que visitamos la Raqueta y vimos las palomas, yo tenía 5 años, y fue cuando, a través de María Elena Amador, conocí el Moderno y al año siguiente, en febrero de 1976, comencé en 1° Decroly.

(AEGM): ¿Qué es lo que recuerda con más cariño del colegio?

(DC): Muchísimas cosas… mis profesores, muchas lecciones que aprendí, tanto académicas como de valores, el ejemplo que mis profesores me dieron y nos dieron a todos nosotros con gran cariño y aprecio. Mis amigos del colegio, hoy en día, después de más de 30 años de graduados, todavía tenemos amistades que han perdurado a través de la distancia y el tiempo; de mis mejores amigos: Camilo Andrés Góngora, German Riaño Mendoza, Juan Manuel Acuña, Mauricio Rueda Beltz, Carlos Schafer…

Hay una gratitud muy especial por mis profesores y por el colegio.

(AEGM): ¿Cuál profesor marcó su vida?

(DC): Es muy difícil seleccionar a uno porque fueron muchos. Tal vez encabezando la lista esta Alberto Gerardino, él fue un profesor increíble, nos enseñaba a través de canto, la lúdica. Como persona y como director de curso, (fue nuestro director en 1ro de bachillerato), estuvo con nosotros en la excursión, en una de las excursiones que más recuerdo. Una persona increíble, él nos enseñó el gusto por la lectura, con él empezamos leer historias y cuentos.

Pero, además de él, hay muchos otros profesores que recuerdo y a quienes les tengo mucho agradecimiento: Nelson Cuervo, Miriam de Cuervo, Wilma Bernal, María del Rosario Peña, las hermanas Martha y Nora Figueroa, Carmencita Casas, Leonor Rozo, Isabelita Holguín, José Leal, Luis Carlos Mantilla, Álvaro Cortes, Over Quintero, Alejandro Jáuregui, Don Guillermo Quiroga, Jorge Pérez, Álvaro Corral, Oscar Zárate, Edgar Obonaga, Carlos Alberto Cardona, Gabriel Triana, Pedro Daza, Pompilio Iriarte, Fanny Pinilla, Leonor de Pinilla, Clara Inés de Riveros, María Elena Fresneda, Alberto Yepes, Rigoberto Prieto, Maximiliano Hernández, en fin, es muy difícil mencionar solo a uno y seguramente se me escapan nombres, pero es una lista larguísima.

Tal vez los más importantes para mí son: Don Guillermo Quiroga, Alberto Gerardino y Nelson Cuervo.

(AEGM): Para usted, ¿Qué es el espíritu gimnasiano?

(DC): Es algo muy difícil de poner en palabras… es esa amistad, esa camaradería que estaba describiendo anteriormente, es la filosofía de Don Agustín sobre la educación, el portarse bien a pesar de que no lo estén viendo a uno, el aprovechar el tiempo libre a través de los intereses. La disciplina de confianza, es una mezcla de valores y de características que los gimnasianos tenemos y aprendimos, y es ese amor por el colegio que, así como mencionaba, pasa con las amistades, pasa también con el colegio y es que no cambia a pesar del tiempo y la distancia.

(AEGM): ¿Cuál es la excursión que más recuerda?

(DC): Es muy difícil porque entre tantas memorias recordar una sola es difícil, pero yo diría dos:

  • La excursión de primero de bachillerato fue importante porque fue la primera excursión larga, de varios días, que hicimos acampando. Con el profesor Gerardino fuimos a Santander, al Chicamocha, hubo unas experiencias increíbles, ahí aprendimos de compañerismo, fue algo muy especial esa excursión.
  • La otra excursión fue en sexto de bachillerato con Don Guillermo Quiroga, fuimos en Jeeps, como tradición de esa época, hasta la Guajira y en esa oportunidad, además de ir a la Guajira, fuimos a Venezuela, pasamos por Maicao, fuimos hasta Maracaibo y de ahí nos devolvimos por San Cristóbal, San Antonio, entrando por Cúcuta.

Fue una excursión increíble. Fuimos por el Desierto de La Guajira, fuimos en los Jeeps hasta el punto más norte de Colombia, Punta Gallina y Nazareth, ver el Cabo de la Vela fue algo espectacular.

  • Voy a colocar una tercera que sería la de segundo de bachillerato, que fue cuando pasamos la noche en el Nevado del Ruiz, años después cuando se derritió el volcán, la tragedia de Armero, ese refugio que existía en ese entonces quedoótotalmente destruido; pero nosotros fuimos de los pocos que pasamos la noche, antes de que se destruyera ese refugio, en el Nevado del Ruiz.

Muchas excursiones y esos recuerdos eran por lo que vivíamos, de hecho, hay otra excursión que se me viene a la mente y fue a Ciudad Perdida, nos fuimos caminando y fuimos de los primeros grupos en ir. Fuimos con uno de los guías originales que descubrieron Ciudad Perdida.

Las excursiones son esa institución en la que podíamos conocer puntos que de otras formas no hubiéramos visto, como Ciudad Perdida, La Guajira, El Cabo de la Vela, Venezuela, y además aprendíamos otro tipo de cosas como el compañerismo, compartir con nuestros amigos. Tengo muchos recuerdos, muy especiales de las excursiones.

Asistí a todas las excursiones, excepto a la de cuarto de bachillerato, no pude ir porque en esa época estaba acá, en Estados Unidos, pero de resto no fallé a ninguna de las excursiones.

(AEGM): Una anécdota que recuerde

(DC): Tengo dos historias que tal vez pueden ser interesantes:

  • La primera es de cuando estábamos en la excursión de Santander, en el Cañón de Chicamocha y habíamos empacado las carpas, habíamos recogido todo del campamento, ya estábamos en el bus y ya estábamos listos para seguir a nuestro próximo destino que era Bucaramanga, y quedó un marmita, las marmitas eran estos compendios de platos/ollas, que llevábamos en las excursiones, y quedó al lado del bus en una piedra y estaba sin lavar, y obviamente la idea era no dejar basura, cuidar el medio ambiente y dejar el lugar que habíamos usado la noche anterior, de la mejor manera posible. Entonces, el profesor Gerardino preguntó de quién era esa marmita, el dueño tenía que recogerla, limpiarla y no dejar basura, y nadie asumió la responsabilidad de decir de quien era la marmita, todos callados, todos en silencio. Entonces el profesor Gerardino dijo “si no aparece el dueño de la marmita, nos devolvemos para Bogotá ya”, y yo quería tanto esa excursión, y estaba disfrutando tanto el tiempo que me preocupé mucho porque eventualmente la excursión pudiera acabarse, entonces, yo sabía que esa no era mi marmita, yo tenía la mía en el morral, pero me dio tanto miedo que la excursión se acabara que decidí levantar la mano y decir que era mía. Entonces el profesor Gerardino me dice: “ah bueno, es suya, entonces por favor baja, recoge y la lava”, me bajé del bus, todos me miraban, fui hasta el río, lavé la marmita, la recogí y la excursión siguió.

A los pocos días vino a mí un compañero, cuyo nombre prefiero no mencionar, se disculpó conmigo y me dijo: “que pena, la marmita era mía, pero a mí me dio mucho miedo decir que era mía, luego, no la recogí, pero usted la recogió y la excursión se salvó”.

  • Otra anécdota bonita que tenemos es, tal vez, no sé si fue la noche antes de graduarnos o justo en vísperas de la graduación, estábamos con Germán Riaño y con Juan Manuel Acuña, y algo que hacemos mucho los gimnasianos y creo que aún lo hacen, es sentarse en la Raqueta a tomar el sol, socializar, a disfrutar del tiempo en los recreos. Con esa nostalgia que teníamos porque nos graduábamos y seguíamos a nuestra vida universitaria, nos dio ese día, como a las 7 de la noche por irnos a sentar a la Raqueta y charlamos y recordamos los buenos momentos que habíamos tenido en el colegio.

(AEGM): ¿Cómo identificar a un gimnasiano?

(DC): Es increíble… Yo creo que es eso que hablábamos del espíritu gimnasiano, que es esa forma que tenemos de ser e incluso muchas de las cosas que describen en nuestro himno, que ojalá sean parte de nuestros valores, pero, tal vez la mejor forma es que una vez se encuentran dos gimnasianos, la conversación, así no sean de la misma promoción o del mismo curso, la conversación va a girar en torno a lo mismo, y es el aprecio y el cariño que tenemos por nuestro profesores, los recuerdos que tenemos del colegio, el amor que tenemos por el colegio, los recuerdos que tenemos por las excursiones y por aquellas actividades que hicimos mientras estuvimos en el colegio, en mi caso, El Aguilucho, la Banda de Guerra, el coro… Son recuerdos que siempre van a estar conmigo y que tal vez, van a estar en las memorias de todos los gimnasianos.

(AEGM) ¿Cree que su paso por el Moderno definió su vida?

(DC): Si, en muchos aspectos y en muchas formas.

Yo me acuerdo, conversando con mi papá y mi mamá respecto a la elección del colegio, que ellos desde el principio sabían que ese era el colegio ideal para mí, y yo se los agradezco mucho a ellos, ese fue uno de los regalos más valiosos que mi papá y mi mamá nos dieron, fue esa educación y el haber escogido el colegio. El Moderno fue increíble. Estos recuerdos y estas memorias van a estar conmigo para toda la vida.

Me siento muy orgulloso de ser gimnasiano, es algo que ha marcado mi vida y toda la vida estará conmigo.

Mis grandes amigos siguen siendo gimnasianos y a través del Gimnasio pude encontrar muy buenas amigas, que las conocí en el coro, y siguen siendo hoy mis amigas a través de la distancia: Ana María Molina, Natalia Silva, Guiulina Zito, Etna Lega, Silvia Peñuela, María Constanza Bedoya, Patricia Lleras, Camila Devis, Rosalía Castro, en fin, tengo muchas personas que se me olvida mencionar, pero son amigos que se las debo al colegio y son amistades que estarán con migo por el resto de mi vida.

(AEGM): ¿Qué está haciendo actualmente? ¿Algún proyecto que tenga en mente?

(DC): Yo vine a Pittsburgh hace 23 años, en principio vine por una año y la idea era que iba a hacer una subespecialización, yo ya había terminado pediatría en la Universidad Javeriana, y venia por un año para especializarme en farmacología clínica pediátrica, pero se dieron varias oportunidades al tiempo de hacer esta especialización, se me dio la oportunidad de hacer una maestría en salud pública, ya después de 4 años estando acá se dio la oportunidad de quedarme, el gran reto era repetir la especialización en pediatría, lo cual lo hice. Tuve la fortuna de ser aceptado por el entrenamiento en el Children Hospital de Pittsburgh, que es uno de los hospitales más reconocidos a nivel mundial, es un programa que es increíble y tiene muchas cualidades y después de haber completado mi entrenamiento con residencia en pediatría y subespecialización en crecimiento y desarrollo, tuve la fortuna de que me extendieran la invitación para quedarme como profesor. Inicié como profesor asistente, después fui ascendido como profesor asociado, en el futuro cercano está en la mira, ser nombrado profesor titular.

Trabajo como pediatra, trabajo como subespecialista en crecimiento y desarrollo y del comportamiento de niños y manejo un programa que creamos hace 20 años, que se llama “Salud Para Niños”, de lo cual me enorgullezco bastante y con este programa ofrecemos servicios a la comunidad latina en el sur oeste de Pensilvania.

(AEGM): ¿Qué consejo le daría a los gimnasianos de hoy en día?

(DC): Mi consejo iría casi a los que están en Montessori y es que disfruten y aprovechen lo que más puedan de su tiempo en el colegio. Cuando uno es joven, uno no ve la hora de que el tiempo pase rápido, y en ese afán, uno no disfruta del tiempo que pasa allí. Es muy importante disfrutar y aprovechar todas las oportunidades que el colegio ofrezca, de los profesores, la biblioteca, las actividades extracurriculares, el coro, la banda, el teatro, es decir, aprovechen lo que más puedan de su colegio.

También, cuando piensen en su futuro tomen esa decisión de hacer lo que más les gusta. Siempre he sido partidario de que la forma en la que uno logra el éxito es haciendo lo que a uno le gusta, es muy importante que cuando uno decide lo que va a ser en la vida, escoja lo que más le gusta y le apasiona. Yo tuve la fortuna de escoger una carrera por la que aún me siento muy apasionado, estoy enamorado de mi profesión y secundario ha llegado el éxito.

Ese sería mi consejo: aprovechen lo que más puedan del colegio, disfruten, tengan muy buenos amigos, esos van a ser para toda la vida, aprovechen a sus profesores, las instalaciones del colegio, disfruten de todas las cosas que van a tener memoria para toda la vida.

Y de nuevo, cuando piensen en su futuro, piensen en algo por lo que sientan pasión, algo de lo que estén realmente enamorados para su futuro y su carrera, y con esto vendrá todo lo demás por añadidura.

Agradecemos inmensamente a Diego por su tiempo, lo felicitamos por sus grandes logros y admiramos su gran amor por el Gimnasio Moderno.

Los invitamos a ver la entrevista a continuación: