En esta ocasión la Asociación tuvo un encuentro con un exalumno muy destacado. Desde la casa, cumpliendo con la cuarentena y por medio de la plataforma Zoom, realizamos la entrevista a Andrés Wiesner, exalumno de la promoción 1996. Periodista de profesión, héroe de muchos niños, creador y presidente de la Fundación llamada Tiempo de Juego.
Andrés comenzó su carrera periodística en la Revista SoHo y de ahí pasó a la Revista Semana en donde trabajó en Conexión Colombia y para algunas secciones de revista. Trabajando para Semana llegó a Cazucá y creó la Fundación Tiempo de Juego. Andrés comenzó como único entrenador, coordinador y director y convirtió su proyecto en una Fundación robusta que hoy beneficia a más de 6000 niños y jóvenes en diferentes lugares de Colombia.
Continuó su trabajo periodístico en televisión donde ha desarrollado con éxito diferentes proyectos sociales y periodísticos que lo han hecho merecedor de dos Premios Simón Bolívar de Periodismo, El Premio India Catalina y fue finalista del Premio Cemex.
En 2018 la revista Dinero y la revista Credencial lo declararon como uno de los 50 menores de 40 más influyentes del país y en 2019 la Silla Vacía como uno de los 20 líderes transformadores de Bogotá, por solo mencionar algunos de los merecimientos que ha recibido a lo largo de su carrera.
Les dejamos a continuación la entrevista que la Asociación le realizó:
AEGM: ¿Cómo fue esa etapa en el colegio y que es lo que más recuerda con cariño?
AW: La primera etapa en el colegio fue extraña. Por diferentes circunstancias, había unas distancias económicas con los otros compañeros, yo no tenía recursos ni vivía de la forma que vivían los demás, pero afortunadamente llegué a un colegio donde el fútbol es vital, un colegio totalmente futbolero. Yo había heredado un poco del talento de mi padre, quien jugó de profesional en el mejor equipo del mundo, el Independiente Santa F; entonces yo jugaba bien y poseía ese liderazgo que me permitió acercarme a los demás. A partir de eso todo fue felicidad, es un lugar que siempre llevaré en mi corazón, donde aprendí realmente a ser feliz.
Yo era de los vagos, pero sin embargo entendí muchas cosas que me han servido en la vida, como el espíritu de solidaridad, el espíritu de colectividad, el respeto, la igualdad, el entender al profesor, al empleado del colegio, quienes por cierto hoy en día son mis amigos. Creo que esto me ha servido mucho en la vida, más allá de ser un buen matemático, físico o químico, el colegio me enseñó a ser una buena persona.
AEGM: ¿Existe algún profesor que marcó su paso por el colegio?
AW: Sin duda varios, yo tenía una gran relación con los profesores, a pesar de mi vagancia o mi indisciplina. Hay una profesora que recuerdo con mucho cariño, que fue Vil (Vilma), mi profesora en primero de primaria, siempre he tenido un grato recuerdo de ella, yo siento que me conocía bien y sabía cómo alinearme, cómo ayudarme a que las cosas funcionaran, a que me fuera bien en el colegio y que también me divirtiera.
Después de ella, otro que me marcó fue uno que tuvo que ver mucho en el tema futbolístico, que fue Arnoldo, mi entrenador de futbol desde noveno y con quien tuvimos una amistad bastante cercana. Sin embargo, con él sucedió una cosa muy fuerte: en ese tiempo se jugaba la copa Tradición, ida y vuelta, nosotros jugábamos el primer partido en el Campestre donde perdimos 3 a 1, después teníamos que remontar 3 – 0 en el colegio por diferencia de goles, y en ese lapso lo asesinaron saliendo del Estadio, eso fue algo que nos marcó mucho, tuvimos que jugar sin él, el segundo partido. Lo ganamos por diferencia de goles en honor a él, fue un golpe muy fuerte y un recuerdo que me quedó para siempre.
El profesor Obonaga también lo recuerdo mucho, a Don Guillermo, yo creo que me voy con ellos, pero con todos tengo un recuerdo muy especial.
AEGM: ¿Qué asignaturas prefería?
AW: Me enfocaba más en el tema de las letras, el español, la filosofía, también educación física por ese tema del deporte, era las que más disfrutaba, también unas electivas igual de interesantes como teatro, música, y las que tenían que ver con artes, esas eran mis materias favoritas.
AEGM: ¿Cuál fue la excursión que más recuerda?
AW: Excursiones increíbles: todas. Para todos es un momento muy importante en la vida, un momento donde entendemos muchas cosas, pero si me tocara escoger una yo me quedaría con la caminata a los Nevados, en noveno. Fue muy interesante, muy exigente y además fue mi primera excursión con mi nuevo curso, esa me gustó. Pero también fuimos la promoción que cuando llegó a Once, se suspendieron las excursiones en Jeep a la Guajira por el momento de violencia que vivía el país, fuimos la primera excursión de esa generación que viajó internacionalmente, fuimos a Cuba. En ese tiempo eran excursiones en las que realmente existían momentos de integración. Fuimos con don Guillermo que era muy obsesionado con la Habana y la revolución, entonces nos introdujo y nos dio esa inmersión en la Habana bastante interesante y que sin duda selló nuestro paso por el colegio.
AEGM: A parte de las experiencias y excursiones, ¿Tiene alguna otra anécdota vivida en el colegio?
AW: Obviamente, cien mil anécdotas, con mi grupo de amigos éramos de los que llegaban a las siete de la mañana y nos íbamos a las siete de la noche y no contentos con, nos íbamos de rumba y terminábamos subidos en la cruz de la iglesia cantando a las tres de la mañana el himno del colegio. Creo que otra cosa que sigue siendo parte de nosotros es el equipo que armamos cuando estábamos en once. Este equipo, llamado Boca lo armamos para jugar el torneo de exalumnos. El primer torneo lo perdimos, pero después lo ganamos varias veces y ahora jugamos desde hace casi 20 años el torneo del Campestre y estamos a cortas que convertirnos en el equipo más ganador del torneo. Además de eso, debemos sumarle que es un equipo que reúne a gimnasianos de más de 20 generaciones, incluso promociones recién graduadas del colegio.
AEGM: ¿Recuerda algunos compañeros, aún habla con ellos?
AW: Si, Boca hace que estemos en contacto permanente. Mi gran aliado en este tema ha sido Carlos Barrera, a quien admiro mucho y quien ha dedicado su vida a la educación de una forma muy loable. Esteban Reyes, es hoy en día el director ejecutivo de Tiempo de Juego, la Fundación que yo creé y en la que trabajo. Tiempo de juego también me ha ayudado a estar cerca de muchos compañeros, como Mazabel, Pablo Galofre, que están conmigo hasta el final del camino y que seguimos compartiendo en lo laboral y en la amistad.
AEGM: Cuando culminó el último grado del colegio, ¿Cómo encuentra ese camino del periodismo?
AW: Yo salí del colegio un poco desorientado, sin tener muy claro que iba a hacer en mi vida, fui al ejército, después empecé a estudiar derecho, sin duda no era lo mío, pero me animó un poco, quizás a entrar al mundo de la política. Ya con ese sentido social despierto, quedé elegido como Edil de Chapinero, pensando que podría hacer acciones interesantes, pero no. Entra una coyuntura en mi vida, que es la muerte de mi padre, parte de la confusión en la que estaba, me deja sin estudio, pues no podía pagar la universidad y un gimnasiano muy honorable, Daniel Samper Ospina, entra a ser director de Soho. Daniel necesitaba unos practicantes y se decidió por dos que no éramos periodistas, Juan Sebastián Hoyos, a quien conocen muy bien en el colegio y yo. Entonces entramos a ser parte de los practicantes de Soho.
Pero antes de que todo eso pasara, recuerdo que yo había estado en Semana, para una entrevista por ser el candidato más joven de las elecciones de Chapinero y recuerdo que ese día, cuando llegué a Semana, fue amor a primera vista. Mas allá de lo que me preguntaba el periodista, sobre mi proyecto político, yo solo me imaginaba trabajar algún día en esa revista. Luego llega Daniel con la oportunidad de las prácticas en Soho y a partir de allí entré a Conexión Colombia, un proyecto social de la revista. Tuve la suerte de que el editor se fue a Londres, por ende, Alejandro Santos me dejaba cubrir deportes, luego me dejaron unos tiritos en cultura, después en nación y así. El periodismo fue sin duda con lo que me encontré a mí mismo, lo que definitivamente quería hacer, lo que me hizo conocer el país, conocer otras circunstancias y a partir de ahí, comenzó mi carrera periodística, que ya lleva casi 18 años y en la cual soy muy feliz.
AEGM: Si no hubiera sido periodista ¿Qué otra carrera le hubiera gustado?
AW: Sin duda lo que yo quería y quiero en mis próximas cinco vidas, es ser futbolista profesional, en algún momento casi pude, casi que lo tuve, estuve muy cerca, pero por muchas cosas y tal vez por miedo no lo hice, quizás tampoco era tan bueno, pero creo que sin duda cuando voy a un aeropuerto me sigo soñando que soy un futbolista profesional que está viajando a jugar una final internacional.
AEGM: ¿Qué es Tiempo de Juego para usted y para la sociedad?
AW: Tiempo de Juego es una organización que ofrece actividades de tiempo libre a niños, niñas y jóvenes por medio de actividades como el deporte y el arte. Para mi sigue siendo un lugar donde los niños pueden ir a sonreír, donde pueden estar felices, donde puede ir a sentirse tranquilos, alejados de esas situaciones tan complejas en las que les ha tocado crecer.
Hoy, con la evolución del proyecto, se ha convertido en un lugar donde puedes comenzar a darte cuenta de que quieres ser en la vida, alinear tu proyecto de vida, entender que, por haber crecido y vivido en este territorio, no quiere decir que no puedas cumplir tus sueños. Se ha convertido en un lugar que es como un rincón en el mundo donde uno siente que existen esperanzas.
AEGM: ¿Qué es lo más gratificante que deja la Fundación?
AW: En estos tiempos de pandemia, nos damos cuenta de lo mucho que nos necesitamos, del poder colectivo, del poder de la socialización y eso ha sido la demostración más grande que me ha dado Tiempo de Juego, ver como muchas personas que nunca se hubieran cruzado, hoy en día trabajan juntas, con pensamientos diferentes, con historias diferentes, con una diversidad inimaginable, entre argentinos, españoles, cauqueños, timbiquireños, afros, indígenas, gomelos, no tan gomelos, y yo creo que allí está el secreto, tener a esa diversidad de pensamiento que nos hace entender y ponernos en los zapatos del otro.
AEGM: Tiempo de juego viajó a Rusia, al mundial, allá la organización se encontró con más grupos de diferentes países, ¿Cómo fue esa experiencia de encontrarse con otros niños, con una cultura diferente a la de Colombia?
AW: La anécdota completa es: la fundación fue al mundial de Brasil, gracias a una red internacional de fundaciones que trabajan el futbol como modelo de desarrollo y que van a los mundiales, a euro copas, a las copas américa, y escogieron a Tiempo de Juego por mérito, por disciplina y por cumplimiento. Luego llegó el mundial de Rusia y me tocó a mí ser el coach que acompañara a la Federación Colombiana. Allí empecé a soñar en volver con la copa del mundo de fundaciones, entonces el director Esteban y Candelaria Lucero me preguntan, que por qué de esa idea, si una vez en Rusia, iban a distribuir a los niños en otros países, no iba a ser Colombia contra Alemania, contra Estados Unidos, contra Argentina, sino que iban a revolver a nos niños, para que existiera más integración.
Cuando llega el momento de armar los grupos con los niños mezclados, me iba a tocar de coach de los equipos y me terminó tocando con un niño y una niña de Pakistán de una organización muy necesitada, casi que no tenían dientes los niños de la pobreza tan extrema que vivían. También en mi grupo había dos niños de una organización en San Diego de los Estados Unidos, que trabajaban por todo el tema de migración que por obvias razones se había complicado mucho con el tema del presidente Trump; me tocó con un niño y una niña de Sierra Leona, los dos niños no tenían sus piernitas, porque el día que perdieron a sus padres en la guerra, habían perdido también sus piernas y jugaban con muletas, y también en mi grupo se encontraban una niña y un niño de Cazucá.
Yo simplemente me había puesto a pensar en lo valioso que era que, en algún otro lugar del mundo, alguien más había pensado que el futbol era una herramienta para trabajar con niños discapacitados. Yo había creado una organización y para estar allá en Rusia, es porque había sido exitosa, otro en Pakistán se había dado cuenta que la única herramienta, para llevarles felicidad, y llevarles una vida saludable a sus niños, era con el futbol, otro en San Diego, ante la problemática con este nuevo gobierno, su única herramienta para que niños migrantes estuvieran tranquilos había sido el fútbol, por ende, yo no iba a estar peleando por no dirigir a mi selección. Yo estaba dirigiendo un equipo espectacular, en el que se hablaba 4 idiomas y además quedamos en la cuarta posición, una experiencia increíble.
AEGM: ¿Tiempo de Juego se podrá ver en más ciudades?
AW: Si, nuestras sedes como Santa Marta y Timbiquí son territorios diferentes. Pero nosotros sentimos que nacimos ahí, es un reto mayor situarse en más ciudades ya que en Cazucá son 3.000 niños, ya podrás imaginar la situación en Timbiquí y en Magdalena, entonces tenemos que afianzar estos territorios.
AEGM: ¿Tiene algún consejo para decir a la comunidad gimnasiana?
AW: Tiene que ver con lo que hemos hablado, nos necesitamos los unos a los otros, trabajar colectivamente, aliarnos, darnos cuenta de que, desde nuestras acciones, desde nuestros conocimientos podemos apoyar a los demás. Estamos llamados a aportar y creo que todos los gimnasianos hemos sido tan afortunados, que debemos devolverle algo a la sociedad.
Con total agradecimiento despedimos a Andrés Wiesner por concedernos este espacio, felicitándolo por sus logros y su huella en el país. Desde la asociación los invitamos a unirse a Tiempo de Juego.