COPA RYDER 2019

La Copa Ryder es un torneo de golf que enfrenta a los equipos de exalumnos del Gimnasio Moderno y de la Universidad de los Andes, conformados por 12 golfistas cada uno.

Continuando con la programación de la Copa Ryder, este año se disputará el preciado trofeo en tres modalidades: Four Balls, Scramble y Match Play Individual. Se asignará un punto al ganador y si hay empate medio punto. El primer encuentro se jugará durante el transcurso de este año entre los 24 golfistas, en el Campo Corea del Club La Sabana, en la modalidad Four Balls, mejor bola por parejas.

Dato Curioso: El golf, tal como lo conocemos hoy, nace en algún lugar de la costa este de Escocia a principios del siglo XV. Algunos historiadores sostienen que el golf se originó en los Países Bajos (la palabra holandesa kolf significa “palo”), pero los romanos tenían un juego en el que usaban un palo curvado y una bola hecha de plumas, que puede haber sido la fuente original del juego.

CINE COLOMBIA

Gracias al convenio con Cine Colombia, los miembros de la comunidad gimnasiana pueden disfrutar de entradas gratis a la programación de Cineco Alternativo, quienes amablemente entregan paquetes de boletas para funciones especiales.

Para poder acceder a este beneficio es indispensable que siga los perfiles que tiene la Asociación de Exalumnos en Instagram, Facebook y Twitter, donde a través de actividades se sortean las boletas entre nuestros seguidores.

DIEGO ERNESTO TORRES GÓMEZ

Originario de Manhattan, New York y exalumno de la promoción de 1946. Diego ha hecho un recorrido académico y eclesiástico bastante amplio. Desde que salió del Gimnasio Moderno, inició su vida académica, pasando por importantes claustros como la Universidad de Los Andes, la Universidad de California, la Universidad de Pamplona en España, George Washington University, entre otras. Adelantando estudios en filosofía, teología, enseñanza de idiomas en 1969 en The American University; siempre con el objetivo de difundir la palabra de Dios cuanto sea posible. Ahora reside en Cali en donde, después de un robusto recorrido por el mundo -y por Colombia-, cumple una importante labor pastoral. (El documento completo, escrito por Diego está adjunto en PDF).

En esta ocasión, el equipo de La Cartelera recibió del padre Diego Ernesto Torres Gómez promoción xxx, un documento en el cual condensa sus más profundos pensamientos y sentimientos hacia el Gimnasio Moderno, además de muchas enseñanzas de vida que generosamente nos brinda.

Aquí algunos apartes de su prólogo:

“Para enriquecer este prólogo de Compañerismo Gimnasiano y Buen Carácter, me atrevo a ofrecerles las palabras vivas, humanas y sobrenaturales de alguien que ha recibido el papel de ser Cristo en nuestro tiempo. Son palabras, explicaciones claras, testimonios personales que nos ayudarán a  observar una vida, no solo física, temporal sino también ética y espiritual”.

“Estas notas que quiero destacar no son todas las que pueden conformar un modelo de santidad (excelencia), pero son cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo que considero de particular importancia, debido a algunos riesgos y límites de la cultura de hoy. En ella se manifiestan: la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual. La primera de estas grandes notas es estar centrado, firme en torno a Dios que ama y que sostiene: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31)…”

Esta es la entrevista:

La Cartelera (LC): ¿Qué es lo que más recuerda del colegio?

Ernesto Torres (ET): Lo que más recuerdo con cariño y agradecimiento del Colegio, aunque es algo que he venido a comprender con los años, es el aprecio a las personas o los encargados del Comité de Admisiones, que acogieron y aceptaron mi ingreso al internado y como alumno al Montessori en 1935. Uno de mis hermanos, Oscar Torres Gómez estaría terminando el Bachillerato ese mismo año, lo que facilitó -a mis 7 añitos- iniciar mi aventura gimnasiana.

El cariño especial al Colegio, no podría separarlo del aprecio profundo a mis Padres. Siempre me he asombrado y agradecido de éste hogar iniciado en un pueblito, fundado en una cuchilla montañosa, en la primeras laderas de la Cordillera Central colombiana y a lo largo de la orilla izquierda del caudaloso Río Cauca. Aquí, el río ha terminado su recorrido de varios kilómetros, a través del fértil y ancho Valle del Cauca.

En este momento el hermano menor de mi padre, Agustín Torres Palau, le escribe a mi padre y le propone una “aventura” inesperada para estos pueblerinos o Belalcazaristas:

-“Enrique, piénsalo, te escribo desde la ciudad de New York, esto es algo maravilloso. Organiza con el banco donde tienes tus fondos de ganadería, negocio de siembra, cosecha y venta de café, para que periódicamente te envíen un buen capital. Por lo menos vente con tu familia por una buena temporada, yo conozco, en los clubes sociales de New York, personas muy emprendedoras, con las que podrías asociarte para tus negocios”.

No sé cómo se enteró mi padre y pidió la admisión de sus hijos varones en el Gimnasio Moderno en los años 30 y mi ingreso Interno al Montessori en 1935. El cariño y agradecimiento especialísimo inicial, será siempre para mis padres que buscaron, encontraron, iniciaron y complementaron, en el Gimnasio Moderno la formación de mi carácter, mi voluntad y conocimientos básicos de mi personalidad. Simultáneamente al Comité de Admisiones de esa época, al aceptar y querer ofrecer su colaboración en la formación integral de este nuevo Niño.  

Este gimnasiano, se atreve a preguntar. ¿Por qué no hemos tenido una ESCUELA de FAMILIAS? Desde hace unos años, no sé desde cuándo, se inició la actual ASOCIACIÓN de FAMILIAS, pero ESCUELA de FAMILIAS -que yo sepa- nunca hemos tenido en el Moderno. ¿Será en este II Centenario y Nuevo Milenio cuando se iniciará esta Escuela y así con la característica del Moderno, actual, vivo pero con cimientos sólidos, firmes, enraizado en la dignidad humana como “imagen y semejanza” de su Padre y Familia Trinitaria. Perdónenme si de vez en cuando en mi alma Neoyorquina, Bogotana, Romana, Gimnasiana, Católica, Sacerdotal se me note.

(LC): ¿Cuál fue su profesora del Montessori?

(ET): No recuerdo. En Decroly recuerdo a Carmencita como Directora del curso 1º, e “Inesita” para la preparación de la primera comunión el 29 de junio de 1936.

(LC): ¿Se enamoró de alguna profesora? ¿Cuál fue su primer amor?

(ET): Vagamente recuerdo mi especial aprecio y atractivo en Decroly a la profesora que venía a darnos clase de Dibujo. En cuanto primer amor eran varios, simultáneos. Como dos de mis hermanas menores que yo, iniciaron sus estudios con Doña Celia en el periodo que el Gimnasio Femenino dio origen al Nuevo Gimnasio de donde eran alumnas, este corazoncito no tenía tiempo para una “semillita” que echara raíces en esos comienzos de la pubertad.

Entre esos “amoríos primarios veloces”, recuerdo la emoción tan grande que experimenté cuando entre a la casa de uno de los alumnos del curso superior al mío, -a cuadra y media del Moderno- y una de sus hermanas de mi edad, que me entusiasmaba, llegó en ese momento de su colegio femenino y me invitó a jugar pin-pon. Yo no había estado con ella. Era tanta la alegría de estar con ella que ganó el partido de pin-pon.

Aprovecho en estas confidencias de gimnasiano con gimnasianos para confiarles y “mostrarles” -ojalá sea así- la riqueza de aquellas palabras “revolucionarias” de nuestro maestro y salvador Jesús: “bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.”

(LC): ¿Se acuerda usted de la primera palabra que escribió?

(ET): No recuerdo cuál fue esa palabra. Pero si recuerdo un suceso en el cual, un famoso investigador, escritor y profesor en la lingüística de los idiomas, Decano de la Facultad en Georgetown University, Washington D.C., inició en los años 50, un método nuevo para la enseñanza y el aprendizaje de idiomas.

Este profesor tuvo una familia numerosa de 10 hijos. Su última hija nació sorda. En las mañanas, temprano que lo visitaba lo encontraba con frecuencia y rodeado con pequeñas cartulinas distribuidas en la alfombra de la sala, desarrollando un programa con su hijita María, también sobre la alfombra de la Sala aprendiendo a leer, luego a escribir. Hasta allí, mi relato. Varios años más tarde María, sería la directora de un Instituto de Idiomas que su padre había fundado y capacitaba a periodistas y alumnos de la Escuela de Diplomacia del Departamento de Estado en Washington, D. C.

Se me ha quedado grabado lo que el profesor y experto, llamado Robert Lado, en lingüística me comentaba: la importancia fundamental de iniciar al niño a leer, ya luego irá aprendiendo a escribir.

(LC): ¿Para usted qué es el espíritu gimnasiano?

(ET): Don Agustín, al querer introducir la dinámica y la esencia de las enseñanzas de La Nueva Escuela, realidad y práctica pedagógica originada y cultivada en Gran Bretaña y Francia, comenzó por la búsqueda y formación de Maestros. Cultivando de esta una nueva realidad educativa, madurando de esta manera una cultura de disciplina sin castigo y de confianza en el joven. Este nuevo alumno desde niño, se iría esforzando en convivir con sus colegas de clase para lograr un compañerismo y amistad de confianza.

Esta Escuela se identifica por la formación humana desde la niñez utilizando el desarrollo de la bondad natural. Este pensamiento y filosofía de la Nueva Escuela, surgida en Inglaterra y Francia, vino a las Américas; Bogotá, Colombia, a complementar y fortalecer el comienzo del sueño Gimnasiano.  

(Si consideramos la dimensión cristiana estaríamos fomentando el arrepentimiento y el perdón en la vida social y familiar.)

Este nuevo horizonte educativo, en el comienzo de su 2º centenario, ha mantenido la
“modernidad” de su espíritu sembrando en sus alumnos tres elementos fundamentales: Bello Carácter, Esfuerzo y Compañerismo. Anualmente estos tres elementos son premiados el día de graduación en sobresaliente reconocimiento de los estudiantes.

Pues lo que fui, o fuimos adquiriendo de este espíritu gimnasiano, no es algo cuantitativo ni repetitivo. Es más bien una experiencia y aprovechamiento de los sucesos y circunstancias simultáneamente vividas por una parte todas esas horas, días y años en la vida hogareña, familia de sangre, y la vida o realidad social fuera del claustro académico.

Además a todo lo mencionado anteriormente habría que mencionar las bondades del programa académico que incluye excursiones y viajes al extranjero, carpintería, cocina, entrenamiento deportivo y competencias escolares, ceremonias y fiestas sociales, servicio social y visitas a familias y personas necesitadas.

(LC): ¿Qué profesor marcó su vida? ¿Por qué?

(ET): Pienso que fue aquel que me dedicó más horas de clases y de número de materias como también con quien compartí más tiempo fuera de clase. El “Prof” Ernesto Bein. Me familiarizó y me enseñó Fisiología, Botánica, Zoología, Química, Inglés y Francés; varios años fue el Director del Internado.

Ahora, mientras relato esta reseña y mi experiencia personal gimnasiana, pienso que el Prof. ha sido el Maestro por excelencia, no meramente por ser el profesor que nos enseñó el mayor número de disciplinas o clases del pensum académico sino, también el que tuvo más trato y tiempo dedicado a cada alumno en sus clases y excursiones. Por estas razones, me dio una gran alegría, una manifestación clarísima de nuestro compañerismo gimnasiano cuando -creo que durante mis estudios y estadía en Roma- me enteré que los gimnasianos de los años 70, no aceptaron la reelección o el nombramiento de un nuevo Rector elegido por la Sala Plena y manifestaron que solo reconocerían como Rector al Prof.

(LC): ¿Cuál fue la excursión que recuerda con más emoción? ¿Por qué?

Recuerdo que mi 4º o 5º de Bachillerato dirigió nuestra excursión al Hoyo del Aire, una formación geológica en los Santanderes. Ante este inmenso y profundo “Hoyo”, de unos 200 metros de diámetro y unos 200 metros de profundidad, El Prof., parado sobre uno de los borde rocosos, nos dice: “Quisiera bajar al fondo, a ver cómo me ayudan”.

Con la colaboración del guía nativo que nos llevaba a este sitio selvático, se armó un columpio, fuerte y con base firme cerca al borde del abismo, asegurado a un trapecio, atado a un lazo grueso y resistente. El “Prof.” se sentó, cogido con una cuerda fina pero fuerte y bien larga en la muñeca, para indicarnos si lo bajábamos, lo subíamos o lo sosteníamos.

Empezamos su descenso y recibimos, a través de la cuerda de comunicación, que nos detuvieramos e inmediatamente que le subiéramos. Así lo hicimos de inmediato. Al regresar y estar colgando en el trapecio nos pidió conseguirle una vara larga y fuerte para poder ir apoyándose, contra la pared del precipicio, así evitaría dar vueltas en el trapecio mientras bajara o subiera. Él bajó al Hoyo del Aire y estuvo caminando y mirando sus alrededores un buen rato. Notamos el tirón de la cuerda de comunicación y le subimos.

¿Pensando en El “Prof.” qué más pudo haber influido en mi espíritu Gimnasiano? Afirmaría que fue El Prof., me confirmó a través de esta excursión la característica de la Disciplina de Confianza propia en nuestro colegio hasta en los mismos maestros.

(LC): ¿Alguna anécdota para compartir?

Esta libertad que aprendí a vivir desde mi propio hogar y en los años de estudiante gimnasiano, es algo que se ha ido enriqueciendo cada vez más, porque la libertad, un don de esa imagen y semejanza que somos de Dios, se manifiesta en nuestra elección que hagamos del bien o del mal. Por eso el premio de la libertad es compartir el bien supremo.

LA “NUEVA ESCUELA”: AHORA EL GIMNASIO MODERNO.

En el año 1935 mis padres, residentes en Pereira, me envían Interno al Gimnasio, a los 7 años de haber nacido en Manhattan, N.Y.C.; 418 West Central Park Avenue. Mi hermano Óscar estaba en su último año de bachillerato y, bajo su tutela Ingreso Interno en 1935 a una nueva Familia, nuestro Gimnasio Moderno, en cierta forma “engendrada” por don Agustín Nieto Caballero.

Llegó este “Padre” Educador a Bogotá con la idea, clara y firme de La Nueva Escuela iniciada en Francia e Inglaterra.

Ese Gimnasio Moderno proponía una nueva Escuela en Colombia, en Bogotá. ¿Vendría a rechazar la cultura cristiana, a la autoridad jerárquica de la Iglesia Católica? ¿impondría nuevos comportamientos? ¡Nada de eso! Pero hasta el mismo nombre insinuaba una “modernidad” y esa nueva disciplina o “gimnasio”; todo llamaba a la sospecha.

La Autoridad Católica pone en alerta a las familias y al ambiente educativo tradicional. El Arzobispo de Bogotá, Mons. Ismael Perdomo publica unas observaciones prudentes a las posibles desviaciones a la educación eclesiástica, que presentaban los textos del folleto que el Ministerio de Educación imprimió y difundió sobre las conferencias que el Profesor Ovide Decroly dictó en agosto de 1925, es decir 13 años después de la primera piedra colocada el 12 de octubre de 1918.

UNA DESPEDIDA ESPECIAL: COMPAÑERISMO Y “EL PROF”

Al venir de unos de mis viajes del extranjero, ya una vez ordenado sacerdote, pasé por el colegio y me enteré que el Prof estaba bastante enfermo y en cama.

Tenía su apartamento en el 2º piso del Edificio Central. Entré a la salita de estar, con cautela abrí la puerta de su alcoba, donde lo vi dormido. Me senté e inicié un ratito de oración personal utilizando el libro de diálogos breves espirituales de San Josemaría Escrivá de Balaguer: CAMINO. Pasaron unos pocos minutos, cuando el Prof. abrió los ojos: Asombrado, de ver a uno de sus Exalumnos gimnasianos y además revestido de sacerdote y comentó súbitamente: ¿Ya estoy en el Cielo? Notamos, mutuamente nuestra alegría y conversamos un ratico. Antes de despedirme y ofrecerle mi bendición y mis oraciones por su salud, le ofrecí el libro, CAMINO de San Josemaría Escrivá para que lo ojeara y me lo entregara más adelante.

El hecho fue que “el Prof” murió a los pocos días, mientras yo desarrollaba mi labor pastoral en el Valle del Cauca y Antioquia atendiendo una gran variedad de tareas espirituales de carácter individual y colectivo de la Prelatura del Opus Dei en ese año.

ENCUENTRO FORTUITO CON DON AGUSTÍN EN WASHINGTON D. C.

He querido compartir estos momentos íntimos de gimnasiano al que añado una experiencia de los años 60, cuando Don Agustín fue invitado a la sede central de la O. E. A. Yo estudiaba en The George Washington University a unas pocas cuadras de esta Organización Internacional. Nuestro querido y admirado Fundador, Don Agustín participaba como uno de los sabios y expertos de la Formación Educativa colombiana.

Tan pronto me enteré de que mi Rector Fundador estaba en el Distrito Capital, logré comunicarme con él y fijar un momento para recogerlo y almorzar juntos para conversar. El Fundador, Rector y Maestro del Moderno e invitado especial de los gobiernos de América, acogió inmediatamente la invitación de uno de sus exalumnos. Me sentí como si le hubiera buscado, cuando en el colegio, quería uno preguntar o contarle algo al Rector, en el Edificio Central. Si él estaba allí, no era sino subir las escaleras, entrar a su despacho y el Rector fuese quien fuese acogía a su alumno y se iniciaba en confianza el diálogo: testimonio palpable del “compañerismo” y “disciplina de confianza”, característica de nuestra Familia Gimnasiana.

En aquel almuerzo, Don Agustín comienza recordando que le habían invitado a participar en un crucero por el Caribe con un grupo de intelectuales, científicos, educadores de las diferentes disciplinas del saber, para elaborar una propuesta a la sociedad occidental sobre cómo y con qué bases, principios y comportamientos podrían las naciones lograr una convivencia de respeto, colaboración, comprensión y solidaridad.

Nuestro almuerzo terminó. Recuerdo y lo referiré más adelante, que salimos a Pennsylvania Avenue, dándome cuenta que el restaurante tiene, en el hall amplio de salida una gran columna -alta y bien amplia- formada por el agua que mana por el borde dorado de un pozuelo a la altura del alto techo, que permite verterla y que forma una cortina transparente desde los bordes del pozuelo en el centro del hall a una piscina con peces de colores variados y adornada de plantas marinas.

(LC): ¿Cómo identifica a un gimnasiano dentro y fuera de Colombia?

(ET): Curiosamente, no he tenido esta experiencia, pues desde mi graduación en 1946 he estado fuera de Colombia con excepción de 1950 a 1953, y viajes cortos a visitar a mis padres, hermanas y hermanos. Regresé definitivamente a Colombia en 1977, es decir, 27 años fuera de Colombia.

En resumen, una vez nacido en Manhattan, New York City, viví en Cali, Pereira, Bogotá -haciéndome gimnasiano- y una vez graduado comencé la nueva aventura viviendo en Berkeley, California, Chicago, Madison, Washington D.C., Roma, Pamplona y, desde 1977 en una amplia labor pastoral sacerdotal en Colombia: Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Neiva y ahora establecido en Cali.

(LC): ¿Cree que su paso por el Moderno definió su vida? ¿Por qué?

(ET): Pensaría que más que definir nuestra vida personal, el paso por el Moderno y me refiero a quienes hemos pasado, más exactamente vivido nuestro Montessori, nuestro Decroly y nuestro Bachillerato en las 4 manzanas de las carreras 9 y 11, y las calles 74 y 76, desde la primera promoción en 1920 al 2018, cuando se ha escrito este relato, testimonio o confidencia de uno de sus Exalumnos; más que definirnos como Gimnasianos, nos fue preparando, día tras día escolar, año tras año, de preparación, madurez y responsabilidad de ciudadanos, de profesionales de las diversas ciencias, artes, oficios y principalmente para ser Padres de familia, Sacerdotes, y también enfermos convalecientes.

En cada una de estas situaciones personales, como Familiares -educados en el Moderno- palpamos, percibimos y cultivamos nuestra libertad como don constitutivo de lo que cada uno es: “imagen y semejanza de Nuestro Dios Trinitario y Creador”. ¿Por qué? sencilla y asombradísimamente, porque todo lo que tenemos y somos, lo hemos recibido, desde la concepción en el seno de nuestra madre, y continuamos recibiéndolo cada instante de nuestra existencia. La realidad que vivimos cada uno, desde que somos concebidos, nacidos, cuidados, instruidos, experimentados y últimamente muriendo es un permanente y continuo: NUNC COEPI (ahora comienzo)

(LC): ¿Cuál cree que debe ser la función más importante de la Asociación de Exalumnos?

(ET): La Asociación de Exalumnos debería Convertirse en ESCUELA de EXALUMNOS. Lograr ampliar o cambiar el sentido jurídico de Asociación, e incorporándola, transformándola en Nueva Escuela o Gimnasio Moderno de Exalumnos. Lo que ha ido realizando la Asociación, merece también un reconocimiento de parte nuestra. Nos mantienen informados, invitados y re invitados al Chocolate Santafereño, a las competencias deportivas, exposiciones culturales, campañas sociales a los necesitados, al mantenimiento de un fondo para becas de estudio a nivel del periodo escolar, y también a nivel universitario o de estudios eclesiásticos además de ayudas extraordinarias de salud.

No podría olvidar la comunicación periódica de La Cartelera, que nos ayuda a “vivir” dentro de “nuestras 4 manzanas”, de tierra, árboles, prados y edificaciones durante el mes. Además, estas manifestaciones de nuestro compañerismo nos despiertan y nos hacen practicar sucesos extraordinarios como aniversarios, premios, remodelaciones de edificio, videos ilustrativos de la vida gimnasiana.

Otro aspecto importante de la Escuela de Exalumnos sería la asistencia, promoción y desarrollo de una Escuela de Maestras y Maestros de los Gimnasios Femenino y Masculino.

Se debería pensar, con la realidad bilingüe existente: Inglés-Español, de enseñar Mandarín- Español. Además lograr relaciones culturales e intercambios periódicos con universidades de Estados Unidos, China, España y otros países donde tengan recintos académicos de gran prestigio y tradiciones culturales como Harvard, MIT, Stanford en Norte América, Universidad de Beijing en China y Universidad de Navarra o IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa en Barcelona). Estos intercambios culturales serían para los alumnos actuales y además también para el cuerpo de docentes. Esto con el fin de lograr que tengan un “International Exposure”.

Además LA ESCUELA DE EXALUMNOS  podría jugar un papel importantísimo para darle continuidad y potencialidad a los padres de familia de todos los gimnasianos (alumnos, exalumnos, docentes, empleados, etc.). Esto con el fin de que la Nueva Escuela de Exalumnos tenga un enfoque o visión de llevar su pensamiento y extenderlo a toda la comunidad de la familia gimnasiana.

Ese enfoque o visión de esta Escuela, la cual es una escuela para la familia, podría ser todo un Programa Pre-familiar, para ir descubriendo la realidad de la familia a través de un programa que enseñe la importancia del matrimonio, su dignidad y preparación para la misión y la universalidad de la paternidad y la maternidad. En pocas palabras, se trata de la primera escuela del ser humano, el matrimonio, no solo es fuente de vida humana sino también escuela de formación del carácter, de fortaleza y la convivencia armoniosa o compañerismo.

(LC): ¿Qué consejo le daría a los gimnasianos de hoy en día?

(ET): Para los de Montessori no tendría ningún consejo, pues a esa edad necesitan el cariño y el aprecio materno, de una alegría exigente y de toda la ciencia psicológica, experimental pre escolar y un ambiente material apropiado para ese tamaño y edad infantil. Que es importante el aseo, limpieza, orden material insistiendo, repitiendo con buen humor, aprecio personal y paciencia incansable.

En este mensaje a los estudiantes de Decroly de este nuevo centenario, les diría que la mayor atención y preparación en estos años de su niñez, debería estar enfocada a la recepción de la Primera Comunión. Que importante es que los formadores de esta preparación, los ayuden a descubrir que este suceso no sólo es una primera vez, sino un comienzo repetitivo. Lo que significa que lo importante son las siguientes comuniones, pues no se debe olvidar que la comunión es compartir con Cristo su propia vida divina hasta el fin de nuestra vida que él mismo nos otorgó.

A los bachilleres de 6° a 9°: Han iniciado ustedes una aventura maravillosa en que el cuerpo y alma comienzan una lucha encaminada a buscar y a mantener la dignidad de nuestro ser persona y convivir con otros. El cuerpo con sus naturales necesita el dominio del alma para ir aprendiendo a caminar, a conocer y a vivir la vida como un hijo adoptado por Dios a través de su hijo eterno, Jesucristo. No es el mismo Cristo que dijo y quedó escrito en la Buena Nueva (Evangelio): “yo soy el camino, la verdad y la vida”. Se inicia en esta etapa el juego que con sus reglas, hacen o logran que cada persona realice y logre vivamente su dignidad o su plenitud, viviendo, luchando y observando los Mandamientos de la Ley de Dios. Es importante que quienes están en este periodo de la vida, que comparten sus vidas en en sus “cuatro manzanas” gimnasianas, reclamen y exijan a los formadores, maestros y padres, que les enseñen y capaciten para la realidad de una vida profesional, matrimonial, familiar y social con deseos constante de excelencia.

¿Si, adquirimos en estos años de desarrollo y madurez de estudiante, un aprecio, reconocimiento y aprovechamiento de AGUA VIVA que salta a la VIDA ETERNA, y que Jesucristo le ofreció a la mujer Samaritana, estando sentados al borde del Pozo de Jacob?

Bachilleres de 10° y 11°: Estas mismas preguntas que las de los de 6º, 7º, 8º y 9º, les lanzo a ustedes de 10º y 11º. Piénsenlas, no me las respondan, respóndanselas en intimidad con ustedes mismos. Ya en medio de la vida universitaria o profesional propiamente, se ha de lograr una madurez tanto en nuestro comportamiento, en nuestra profesión y en la vida ordinaria, para así implementar y realizar un servicio a los demás, dando ejemplo, retribuyendo, reconociendo y enseñando como verdaderos maestros.

A los ex alumnos les invitaría a considerar las anotaciones y sugerencias para LA NUEVA ESCUELA de ex alumnos, en este Moderno Gimnasio Moderno (MGM). Cada uno ha de mantener, vivo y ejemplar, el bello carácter de nuestro esfuerzo y compañerismo siempre actualizado, diariamente, en todo y con todos, comenzando por nuestra propia familia, de sangre y social.

OBSERVACIÓN FINAL

Si estamos familiarizados con Los Evangelios, que son hechos y palabras del Hijo de Dios encarnado, estaríamos intensamente asombrados, motivados y removidos, en que el Vice-Cristo nos miró, nos escuchó y nos habló desde con SU corazón de PADRE universal. Para más información consultar la página web sobre visita del Libro electrónico Papa Francisco en Colombia.

A continuación, adjuntamos el texto completo escrito por Diego:

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FORMULARIO SOLICITUD

ARMANDO VEGALARA ROJAS

El conocido empresario Armando Vegalara Rojas, exalumno de la promoción 1965, recibió en días pasados al equipo de La Cartelera, en su oficina de la calle 72, para en una agradable charla, recordar apartes de su paso a través de la cerca de pinos.

Economista de la Universidad de los Andes, con postgrados en Macroeconomía y Desarrollo Económico en Oxford University. Fue gerente de división de Casa Toro S.A., gerente general de Finanzauto S.A. y presidente de Finandina entre 1989 y 1992. Presidió a Coinvertir entre 1992 y 1993. Pertenece a la junta directiva de Aseguradora y Capitalizadora Grancolombiana, Casa Toro, Motoryza y Banco del Estado. Vegalara fue presidente de Financiera Andina (Finandina), gerente de Finanzauto, miembro de varias juntas directivas como las de. Anteriormente se desempeñó como asesor de Planeación Nacional, jefe de evaluación del programa DRI, e investigador de la Oficina de Planeamiento del Sector Agropecuario (Opsa). Profesor de las Universidades Nacional, de los Andes y Tadeo Lozano. Hoy se desempeña como consultor financiero.

Esta es la entrevista:

La Cartelera (LC): ¿Cuál es su primer recuerdo del Gimnasio Moderno?

Armando Vegalara Rojas (AVR): Yo entré en 1954 a segundo Montessori. Fue divertido, porque por alguna razón mis papás me inscribieron al Gimnasio Campestre y en esa época quedaba como en el campo y yo llegaba a la casa totalmente embarrado, pues tenía unas quebradas. Mi mamá vivía desesperada  y mi hermano que había estado en el Moderno, en el Internado, acaba de regresar de los Estados Unidos y entró a la Facultad de Economía de Administración que había en el Gimnasio, y convenció a mis papás y me pasaron al Moderno. Arranque en segundo Montessori, muy contento.

En ese año tuve una experiencia bastante difícil porque al lado de la Facultad de Administración, donde está la Primaria hoy en día, hacia la parte occidental, Bollo y Bolla, unos personajes muy conocidos en esa época que vendían los dulces, se paraban en la puerta del colegio, por la calle 74 y todo el mundo les compraba. En mi curso teníamos un Club de Ahorro, y ahí cometí el error de echarle la mano a la caja, lo cual fue gravísimo, se armó una gran reprimenda, con toda la razón, pero yo quería repartirle los dulces a mis amigos, eso no gusto nada y mis papas fueron citados al colegio con don Agustín y el Prof. Y bueno, en un momento dado consideraron que yo no era el candidato apropiado para el Gimnasio. Pero el Prof. dijo que no, que me dejaran, que no era para tanto y me perdonaron la vida.

Esa fue una lección muy importante para mi vida,  fue una reflexión sobre algo muy mal hecho y naturalmente la aprendí muy bien la lección. Yo era un poquito desaplicado al principio, me gustaba jugar fútbol, patanear. Nosotros teníamos una cancha de fútbol chiquita, al lado de salón, la profesora de ese momento era María Elena Uribe de Santa María, amiga de mi hermano mayor, y se dio a la tarea de organizarme y formarme como el mejor estudiante. En verdad que lo tome muy a pecho, estudié muchísimo desde entonces,  fui muy buen estudiante, me gane las copas, unos logré buenos promedios.

LC: ¿Cuál era la materia que más le gustaba?

AVR: A mí me gustaban todas las materias. Realmente no tenía predilecciones. En Quinto, Sexto de Bachillerato tuve la suerte de tener una clase con el Prof. Bein, clase de Filosofía. Me acuerdo muy bien verlo llegar con un libro gordo del padre Julián María y me fascino esa clase, era un reto intelectual permanente y el Prof. nos ponía a pensar y discutir, era extraordinario.

Me gustaban las clases de francés con el profesor Cardozo que todo el mundo se burlaba de él por su pronunciación. Tenía un carácter muy fuerte y todos le tenían chistes al profesor Cardozo, yo aprendí muchísimo con él. Teníamos un profesor de Química buenísimo, el profesor Pinzón, creo, le decíamos MOL, estrictísimo. Después del colegio terminábamos tomando aguardiente en los laboratorios, la pasamos muy bien.

Los profesores relevantes fueron María Elena Santa María, Pinzón, Cardozo y don Guillermo, nuestro Director de Curso, el director nuestro en Sexto, se enfermó, se fue, entonces don Guillermo entró a mitad de camino. Yo seguía siendo buen estudiante, ese año, en la nominación para la  Copa del Esfuerzo, me nominaron los otros profesores se opusieron, “Vegalara ya se la ganó, ese no…”, muy frustrante. Un día, con los años don Guillermo, profesor también de mis hijos también, me contó la historia, pero claro como era una persona nueva, se lo pasaron por alto.

LC: ¿En qué materia fue malo?

AVR: Siempre me iba bien en todo, la verdad nunca tuve dificultad. Hubo un cambio importante, el paso de Segundo de Bachillerato a Tercero. Empezábamos a ver Algebra y Geometría, era un pensamiento abstracto sobre todo Geometría era muy difícil, eran todos los teoremas, al principio tuve dificultad pero supere bien.

Yo tenía una mezcla de ser muy nerdo, pero al mismo tiempo me gustaba la calle, la noche, me gustaba apoyar la gente. En Tercero de Bachillerato, yo ya había superado las pruebas, me levantaba temprano, cogía el troli, porque yo vivía en el barrio La Soledad, para llegar a las 7:00 am al colegio y apoyar de 7:00 a 8:00 am a varios compañeros míos. Eran mis alumnos, en Sexto tenía una especie de kínder. Yo vivía en una casa grande y mi cuarto era espacioso. En la época de los exámenes de Sexto de Bachillerato, todo el mundo quiere pasar el año, todo mundo quiere graduarse, me acuerdo que yo llegaba con cuatro amigos a mi casa, los mandaba a dormir y me ponía a estudiar  que preguntas nos van hacer y las respondía, después que tenía sistematizadas las respuestas los despertaba, “¡hora de clase…!” De 12:00 m a 2:00 am estudiábamos, de 2:00 a 4:00 rumba y al otro día a las 8:00 de la mañana, estudiar, todos pasaron, fue muy divertido. El equilibrio entre la vida personal y la académica.

A mí me tocaba traficar con mis conocimientos, cuando entre a la universidad, seguía siendo estudioso, no muy hábil para el baile o para conquistar niñas, ni para hablar. Entonces mis amigos eran plantadísimos, yo les enseñaba y ellos me llevaban a las fiestas, fue muy divertido.

Todo eso lo llevo a estudiar Economía en la Universidad de los Andes y me gané una beca de la Fundación Ford. Fuimos una generación muy influenciada por los acontecimientos que estaban pasando en el mundo, Mayo del 68 en París, la Guerra de Vietnam, los Beatles, el jipismo, prohibido prohibir, imaginemos lo imposible.

LC: Una parte importante de la formación en el Moderno son las excursiones ¿recuerda alguna?

AVR: Fueron lo máximo, la que recuerdo con mayor emoción fue la de Sexto, fuimos al Urabá. Llegábamos luego del tramo entre Medellín y Quibdó en bus, en el que atravesamos unas trochas muy complicadas. En Quibdó nos embarcamos en unas barcazas por el río Atrato hasta el Atlántico y Cartagena. En papá de Eduardo Soto, era un personaje muy importante, presidente del Banco Colombia, nos invitó a su casa, nosotros no teníamos mayor plata y esa casa en Cartagena era una oportunidad maravillosa. Fuimos al casino y ganamos, con eso logramos una estadía de una semana en Cartagena.

Las excursiones son las mejores cosas que tiene el Gimnasio Moderno, porque son la oportunidad de conocer cosas nuevas y valerse por sí mismo, sensacional.  

LC: ¿Alguna Pilatuna?

AVR: Muchas pilatunas, yo me crie en la calle de muy chiquitico, llegaba a la casa de 6 años, dejaba mis libros y salía a ver mis amigos del barrio, habían varios gimnasianos como Manuel Rodríguez, el Mono Buendía, varios, en La Soledad. Nosotros nos reuníamos en el Parkway. Ahí jugábamos. Tenía una bicicleta que había reconstruimos de unos escombros de mi casa y con mi amigo Juan Manuel Pardo íbamos al anfiteatro de la Universidad Nacional a ver a las muertas.

Otra pilatuna nuestra fue cuando estábamos en Primaria y se jugaba la copa Adelaida con las del Femenino, ellas se sentaban alrededor de la cancha de tenis. Nosotros nos inventamos el negocio de alquilar comics, pero no eran comics, eran revistas Playboy, nos iba divinamente, hasta que fuimos pillados y nos llamaron la atención.

LC: ¿Qué lugar del Gimnasio Moderno, le gusta más?

AVR: El Edificio Principal era un clásico, todos los lunes nos reunía don Agustín y nos echaba un discurso de una hora, el Teatro Fernández Madrid, el zarzo y el caimán, siempre era una aventura subir al zarzo. El Prof. tuvo una clase que fue una maravilla, se llamaba Apreciación Musical, al pie de su oficina estaba el salón de música, estaba medio aislado, nos ponía música clásica y nos decía que instrumentos escuchamos. Y el Edificio de Sexto, lo hacía sentir a uno como grande, la otra cosa divertida que tenía era

El Cubierto también fue importante, aunque con el tiempo se volvió un poco obsoleto, pero al principio nos tocó el gimnasio recién construido tenían unas paralelas, unas barras que eran para hacer ese tipo de deportes y era divertido también.

LC: ¿Algún apodo?

AVR: Me decían Pegas, se burlaban de mí. Yo nací en Baltimore, USA, me decían Boool y el otro no lo puedo decir.

LC: ¿Sus amigos son los mismos del colegio hoy en día?

AVR: Tengo algunos amigos del colegio, pero yo tengo diferentes grupos de amigos la verdad. Siempre tuve amigos en el otro curso, esa rivalidad de que usted es de otro curso, yo nunca estuve en esa realidad y toman del pelo y todo, siempre tuve buenos amigos de lado y lado. Una cosa bonita del Espíritu Gimnasiano es, cuando uno sale al mundo profesional, de la vida universitaria y que ya las cosas cambian, uno siempre reconoce al gimnasiano por ese trato que siempre tiene, te integran muy fácilmente, como de compinchería y código secreto, es algo que identifica, obviamente todos no son así pero en general sí, hay unos que creen que por ser gimnasianos uno es de un grupo privilegiado. El gimnasiano que  tiene la cultura gimnasiana metida en su ADN.

LC: ¿Qué piensa de la Disciplina de Confianza?

AVR: Maravilloso, yo creo que la Disciplina de Confianza, el tema de partir de la base de que uno es una persona responsable de que se merece la confianza para llevar adelante su vida yo creo que uno de los valores importantes del Gimnasio.

LC: ¿Qué consejo le daría a los Gimnasianos de hoy en día?

AVR: Yo creo que el Gimnasio ha tenido un recorrido difícil en estos últimos años, en los cuales ha habido mucha discusión, pienso que las últimas rectorías han traído como un aire nuevo y el colegio ha mejorado muchísimo.

La percepción que tengo, es pues no tengo hijos, ni nietos allá, veo muy gratamente que el colegio ha mejorado, ha hecho cosas importantes, el tema de tecnología iniciativas como la emisora son instituciones que crean una cultura hacia profesiones importantes. Don Agustín tenía la idea de “Educar antes que instruir”. Hoy en día, en un mundo competitivo, el educar e instruir en el sentido de que las competencias hay que formarlas, me parece que todo lo que se haga para que los estudiantes aprendan a leer y aprendan a escribir, lo hagan bien y fácil, rápido, es de trascendental importancia.

Hay que insistir y que tengan un manejo básico de las Matemáticas es importante y también idiomas como el inglés, creo que es un tema supremamente importante, yo creo que perseverar en una buena educación en el sentido  de desarrollar competencias que requieran  para universidades y que se llegue a la universidad y que el estudiante pueda escribir, hablar en público, leer fácilmente, investigar, yo creo que es importante.

Y creo que un tema que hoy en día se está volviendo más recurrente, es el trabajo colaborativo, ya que el liderazgo de la persona iluminada que lleva el barco hasta el otro lado del río, que tiene la solución en la cabeza, ya no es la regla. Ahora es un tema más de promedios, que el trabajo de todos esta articulado y tiene objetivos claros, son unos cambios muy importantes, todo el tema de redes, el empoderamiento que produce el acceso inmediato a la información, ha cambiado mucho de la forma que se hacen las cosas, la velocidad, entonces el poder combinar eso de formar eficiente es algo importante.

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GREGORIO URIBE

El equipo de La Cartelera tuvo el honor de entrevistar a Gregorio Uribe, un joven ex alumno que a pesar de vivir fuera del país, lleva todo el ritmo y el sabor colombiano por todo el mundo.

Gregorio se graduó en 2002, estudió música en Berklee College of Music en Boston, donde ha dado a conocer ritmos autóctonos colombianos como la cumbia y el chandé con un enfoque enérgico e innovador. En la actualidad Gregorio es acordeonista y cantante de su banda, con la que recorre el mundo, compartiendo escenario con importantes artistas como Rubén Blades y Carlos Vives, entre otros.

Vive hace más de 8 años en la ciudad de Nueva York, pero recuerda con mucho cariño a su país y por supuesto a colegio que lo vio crecer.

La Cartelera (LC): ¿Qué recuerdos tiene de sus primeros años en el colegio?

Gregorio Uribe (GU): Recuerdo mi primer día de colegio, esa sensación de estar rodeado de niños que no conocía, de ver tantas zonas verdes y la fortuna de salir de clase. Esa sensación de libertad en un lugar donde poder compartir con mis compañeros, con mis amigos.

De mis maestras recuerdo con mucho cariño a Maritza Charris, los grandes creaban una expectativa, ella era una leyenda cuando yo estaba en 3 de Primaria. En 5° fue nuestra Directora de Grupo y desde ese día somos amigos. Era tan furiosa como cariñosa, era la más divertida, la más alegre pero con un carácter firme, yo admiro mucho ese balance. Ya en mi adolescencia, recuerdo mucho a Pompilio Iriarte y a Daniel Samper Ospina. Yo creo que Daniel se inspiró en una película de Robbie Williams, donde un profesor traía entusiasmo a sus estudiantes por el conocimiento. Esa forma de ser maestro me marcó.

LC: ¿Cuéntenos alguna travesura del colegio?   

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GU: Más que travesura, recuerdo una vez que nos quedamos a acampar en La Raqueta. Teníamos 17 años, y como parte de la despedida del colegio nos quedamos quince amigos, en un colegio que no conocíamos, el colegio de noche. Ese día hicimos una fogata, tocamos guitarra, fue un momento muy agradable.

LC: ¿Cómo le fue en las excursiones?

GU: Las excursiones son uno de los momentos más importantes en la vida gimnasiana. Recuerdo con especial cariño, el caso del profesor Palomá cuando salvo a Brando en Bahía Solano, esa no fue nuestra excursión, pero me causo un gran impacto pues es lo más cercano que he estado a un héroe, y lo digo sin exagerar.

De mis excursiones la mejor de todas sin duda alguna fue la última, la de Cuba. Fuimos a la Habana, donde ocurrió algo extraordinario, los que no eran amigos ahora lo eran. Al final se formaron lazos de amistad profundos entre todos, sin ninguna predilección, en ese momento todos éramos una sola familia.

LC: Ese valor de la amistad, ¿es el mismo Espíritu Gimnasiano que todos hablan?

GU: En parte, porque el Espíritu Gimnasiano es de alegría, de camaradería, pero por supuesto siempre van a existir dificultades y grupos. Es más un respeto y valoración del otro dentro de un ambiente de buen humor hacia todos y con todos. De hermandad.

LC: ¿Qué es para usted la Disciplina de Confianza?

GU: Desde pequeños siempre nos hablaron de la Disciplina de Confianza, pero es un concepto que solo se va entendiendo con la madurez. Esa idea, entre un compás moral y ético en el que no se necesita una persona que este vigilándote para hacer las cosas bien, y es ahora donde me doy cuenta que es algo que me ha marcado mucho. Te enseña responsabilidad y compromiso.

LC: Viviendo en el exterior, ¿es fácil identificar a un Gimnasiano fuera del país?

GU: Hay ciertas características que resaltan, en especial en las personas mayores. Los Gimnasianos siempre hemos sido muy educados, por lo menos en su trato, en la forma de saludar, son muy gentiles. He conocido ex alumnos del Moderno y conservan esa camaradería y buen humor. Recuerdo una a
nécdota muy bonita en Nueva York, en una de nuestras primeras presentaciones con la Big Band. Pues coincidió con la excursión de 11°. Todo ocurrió en un café muy pequeño que se llenó de gimnasianos, más de 22 con profesores, sentí que se me mezclaron dos mundos. En ese momento habían pasado seis años de mi graduación y fue muy agradab
le sentir que esa conexión con el colegio aún está vigente.

LC: Gregorio… ¿Por qué decidió estudiar música?  

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GU: Desde los 7 años he tocado algún instrumento, la música siempre  estuvo presente, por lo que la decisión de estudiarla nunca fue sorpresa para nadie.

Había un profesor en el colegio, Jorge Gutiérrez, quien me motivó a tocar varios instrumentos, me gustaba verlo cambiar de la guitarra al piano o a la flauta. Además me dio la posibilidad  de ensayar en los recreos, por lo que al final yo pasaba más tiempo tocando batería, que jugando fútbol

LC: Cuéntenos un poco sobre su banda y su estilo musical

GU: Mi música es una mezcla de cumbia y Big Band, de cierta manera es una fusión entre el sonido de Colombia y los Estados Unidos. El sonido de la orquesta logra crear un puente musical entre influencias de artistas tradicionales de Colombia como Totó La Momposina y Andrés Landero, con los sonidos de las orquestas de jazz como la de Duke Ellington o la de Count Basie. Mi orquesta se tiene como base Nueva York y está compuesta por 16 músicos de seis nacionalidades, con quienes he conseguido que nuestra Big Band sea uno de los actos de música latina más importantes de la capital del mundo.

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LC: ¿Cómo le fue con el inglés?

GU: Yo tuve mucha suerte, porque viví con mi familia 8 meses en Estados Unidos cuando tenía 7 años, no hablaba inglés, entonces entre a un colegio y a esa edad fue muy fácil aprender. Las cosas se absorben mejor entonces eso medio una cierta ventaja. Ya después, las clases de inglés del colegio fueron un paseo.

LC: Por último ¿deje un mensaje a los Gimnasianos de hoy en día?

GU: A los Gimnasianos les digo que aprovechen y disfruten la libertad que brinda el colegio, que disfruten de sus espacios no sólo los físicos, también los espirituales, que busquen su vocación y conserven ese trato amable entre alumnos y empleados, eso es algo que valoro y respeto con mucho cariño.

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