ANTONIO RESTREPO
Antonio José “Toño” Restrepo Salive, cantautor, productor y locutor gimnasiano de la promoción 1997, nominado al Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Tropical Contemporáneo 2016, dio una entrevista exclusiva al equipo de La Cartelera, para la edición de fin de año.
Aquí la entrevista.
LC (La Cartelera): ¿En qué año entró al Gimnasio Moderno?
AR: (Antonio Restrepo): Yo soy cosecha 1985 y empecé en Montessori, en ese tiempo no existía Montessori I o II. Mi salón estaba entre las dos casitas frente a la arenera, recuerdo que mis Directoras de Grupo fueron Luisa Amaya y Martha Cecilia Cano. En ese año, como lo dice el himno, el colegio era como un alcázar de ilusión y se convirtió en una extensión de mi hogar.
Esa sensación de sentirme en casa se ha prolongado hasta hoy. Y creció cuando estaba en 11°, en esa época mis días se prologaban hasta las 8 de la noche, terminaba las clases y me iba para la Emisora, yo era Director con Camilo De-Irrisari. Tenía mis programas, era Jefe de Liras y a veces Jefe Encargado de la Banda, no pude asumir la jefatura por falta de dos votos. Pertenecía al Comité de rifas, juegos y espectáculos, a la selección de fútbol, al grupo de teatro, era muy activo en todos los eventos del colegio.
LC: ¿En qué momento descubre su pasión por la música?
AR: Yo crecí al son de Bambuco, Torbellino, guabina, bolero, música infantil, oía mucho folclor, cumbia, música tropical, pues vengo de familia costeña y mi abuelo en la mañana de los sábados nos despertaba con son y boleros. A mi padre le gusta la salsa de Richy Rey y Bobby Cruz, Joe Arroyo. También les gusta la música clásica, la zarzuela, las baladas pop, llegue a oír música del Puma, música brasilera zamba y bosa nova. Cuando entre al colegio y me encontré con Martha y Nora Figueroa que inició mi amor por la música colombiana, me enseñan lo que es el folclor y ya entiendo porque el bambuco, el torbellino y la guabina, se traducen en términos de lenguaje musical, ellas me permitieron acercarme a una marimba, a los cocos, a la flauta dulce y al piano, fue allí cuando descubrí yo podía ejecutar esa música y se me abrió el mundo.
LC: Alguna anécdota que quiera compartir…
AR: Recuerdo muchas, unas mejores que otras. Hay una pilatuna en especial, que llega a mi memoria con tristeza y alegría a la vez. Fue en una de esas excursiones de un día, creo que fue a Tabio, no recuerdo muy bien. Estábamos en el lavadero de una casita campesina, que muy generosamente nos prestaron su casa para hacer el picnic. En medio del juego y el alboroto, terminamos botando su ropita, muy divertido. Hoy en día me da mucha tristeza porque ensuciamos todo a unas personas tan amables, tan serviciales que merecen tanto respeto, eso también lo aprendí en el Moderno, a tratar a todas las personas por igual.
Ya más grande en 2° de Bachillerato, el profesor Gerardino de Español y Literatura nos hacía traer el periódico todos los días, que arrumaba dentro del cuartico cerca de los lockers. Un día, en un acto de piromanía con José Manuel Restrepo y otros compañeros, le prendimos fuego, pero fue más una cuestión intuitiva, fue más fuerte que nosotros, el periódico nos llamó. Nuestra travesura casi cuesta el Edificio de Bachillerato. Recuerdo que empezó a salir humo por todo lado, esto fue un enfado absoluto de don Guillermo Quiroga, que fue causa de mi segundo boletín malo.
LC: ¿Cuál fue la excursión que recuerda con más emoción? ¿Por qué?
AR: Todas las recuerdo con mucho cariño, pues mi curso fue nominado tres veces al Premio de Excursionismo, todavía me pregunto por qué no nos lo ganamos. Entendí lo que era la filosofía del excursionismo, entendí lo que quiso inculcarnos don Agustín y el Prof. Bein, con salir al campo, con aprender del campo, eso fue fundamental, ese tipo de educación tiene que estar desde pequeños, el cuidado a la gente, el cuidado a sí mismo, el cuidado a la naturaleza, y eso se lo debemos al Moderno. Las excursiones para mí no solo fueron magnificas, si no que hoy en día aún las hacemos, vamos a excursiones con amigos del colegio, porque tenemos un grupo de excursionismo.
LC: ¿Cómo identifica a un gimnasiano?
AR: El gimnasiano se identifica por su caballerosidad absoluta, por su humanismo, porque es un tipo que entiende el contexto socio-cultural, no solo del país sino también del mundo entero. Es una persona generosa, se da la mano con todo el mundo, no distingue entre raza, sexo, religión, es un ser de mente abierta. El gimnasiano es formado entre humanismo y caballerosidad.
LC: ¿Qué consejo le daría a los gimnasianos de hoy en día?
AR: Una palabra cliché que hay que seguirla diciendo, uno no la entendía cuando se la decían, y hoy, después de tantos años, hoy la entiende: ustedes son el futuro. Los niños son el futuro. El Gimnasio Moderno, sin lugar a duda, se volvió un motor, se volvió alma formadora de esas personas que tienen que llevar las banderas, no solo en el ámbito político sino en todos los contextos de nuestra sociedad, pues el Gimnasio Moderno se caracteriza por formar a líderes.