JUAN PABLO MALDONADO

En esta ocasión, el equipo de La Cartelera tuvo la oportunidad de entrevistar a Juan Pablo Maldonado, egresado de la promoción 2007. Juan Pablo se graduó de la universidad Jorge Tadeo Lozano en el 2011 como publicista. El mismo año ingresó a Young & Rubicam, una prestigiosa agencia de publicidad en donde creció como profesional y como persona. En Rubicam estuvo durante 5 años en los que, gracias a su esfuerzo y trabajo, ganó diversos premios.

En el 2016, luego de haberle entregado todo su potencial a Rubicam ingresó a Lowe, otra de las agencias más grandes de Colombia, en donde se convirtió director creativo de Unilever. En Lowe, junto con su equipo de trabajo, ideó durante un año “MyLine”, una iniciativa a través de la cual la gente que no tiene acceso a internet puede llamar al 6000913 haciendo una consulta y Google responderá al instante. También ideó la campaña “Invisible Woman” para El Tiempo. Esas dos campañas ganaron en junio 10 Leones de Cannes, un evento global considerado como los Oscar de la publicidad, reconocimiento máximo que una agencia publicitaria se ha ganado un mismo año en Colombia. My Line se convirtió en la idea más premiada en la historia de Colombia en Cannes, que fueron 8 Leones, Invisible Woman tuvo 2.

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Esta es la entrevista:

La Cartelera (LC): Cuéntenos un poco del colegio, ¿en qué año entró?

Juan Pablo Maldonado (JPM): Entré en Séptimo. Mi padre es exalumno del Campestre y toda la familia de mi mamá es del Moderno. Por lo que fue una controversia la elección del colegio. En ese momento el inglés del Moderno no era bueno y el del Campestre… igual de malo. Buscando un punto medio… Escogieron Los Caobos, allá empecé.

Me fue muy mal, no era el colegio para mi. Perdí Séptimo. Cuando estaba repitiendo ese año y lo estaba volviendo a perder, la Rectora no me dio opción y elegí el Moderno. Mi papá insistía en el Campestre, pero yo tenía muchos amigos del colegio y quería el Moderno. Mi papá me dejó de hablar como un mes cuando entré, sólo me decía: «somos lindos, somos bellos, somos niños del Moderno«.

Jaime Salazar era mi Director de Grupo y ese día me cambió la vida. Ahí me di cuenta que este colegio era para mí, era yo mismo y para alguien de 15 años, es muy valioso que lo entiendan.

A propósito, me acuerdo mucho de Myriam de Cuervo porque a ella le gusta mucho la Historia. Ese año hicimos un proyecto, una biblia gigantesca sobre los mongoles, a mí me parecía súper divertido. Ella se daba cuenta de eso y me exigía más, sabía que era bueno. Me entendía.

(LC): ¿Además de Myriam de Cuervo, qué otro profesor fue importante para usted?

(JPM): Me acuerdo mucho de Alberto Gerardino, también fue mi Director de Grupo en Octavo, era profesor de Sociales. Hacía juegos de memoria, era divertido porque era un viejito, pero lo hacía súper didáctico, me marcó mucho él. Hugo Chávez también me pareció increíble, enseñaba Matemáticas, fue mi Director en Décimo, fue el único que me postuló a un premio, a la Placa del Bello Carácter, lo quiero mucho. Recuerdo a Nelson Cuervo, era tierno, lo engañábamos mucho, le decíamos: «cuéntenos una historia de alguna excursión«; entonces contaba su historia, se acababa la clase y no hablábamos de otra cosa.

Me marcó Juan Carlos Bayona, siempre me apoyó, desde el día que entré. El primer día me dijo: «usted tuvo que haber estado toda su vida acá«, «usted que hace en otra parte que no sea acá» y regañó a mis papás. Además mi tía abuela es María Helena Amador, es decir, mi familia toda es de este colegio.

Tuve muchos problemas de rebeldía y Juan Carlos siempre me apoyó. Me decía que cambiara y creo que le debo mucho a él. Y a Ember Estefenn también, él fue mi Director de Grupo en Noveno. No lo quería mucho la verdad, era un tipo raro, cortante y muy estricto. Pero en su forma de ser me dio unas cualidades que no tenía; de orden, de puntualidad, de hacer las cosas bien, de perfeccionismo. Yo creo que esos tres para mí son los que más me marcaron.

(LC): Era bueno para Sociales ¿cuál materia era muy difícil para usted?

(JPM): Era muy malo en Matemáticas, era muy malo en Química y en Física. Una vez me agarré muy duro con Nelson Cuervo. Estábamos en la Facultad y en el laboratorio, nos hizo un examen, yo no entendía, me enojé y le dije: «yo no entiendo«, y me responde: «la alegría de leer» y yo le dije: «la alegría en enseñar…«, casi me expulsan por eso.

(LC): Apropósito… ¿Hizo alguna pilatuna con sus amigos de curso?

(JPM): En Décimo, teníamos clase con Hugo Chávez. Un día teníamos examen y  por supuesto no habíamos estudiado. Alguien tenia un cassette y se nos ocurrió sacarle toda la cinta, todo el salón quedó envuelto en una telaraña. Apenas llegó Hugo, no pudo entrar al salón, se enredó y por supuesto se enojó, nos puso cero a todos.

Otra vez rompimos el techo de la Sala de Profesores cuando quedaba abajo del salón de Octavo C. El Edificio del Bachillerato estaba muy viejo y decidimos los 26, que éramos en el curso, saltar al mismo tiempo desde los pupitres. Nos pareció divertido que los profesores mientras estaban en su reunión sintieran el golpe, pero se nos fue la mano, se rompió el piso, fue grave. Me acuerdo que mis piernas atravesaron el piso y se veían desde abajo colgando. Cayeron piedras, esa fue la razón de la primera remodelación que hicieron, fue por nuestra culpa. No me siento orgulloso de eso.

(LC): ¿Conserva sus amigos del Moderno?

(JPM): Nosotros somos una promoción muy rara, no somos tan unidos. Había sub-grupos. Ahora, por ejemplo, tengo el matrimonio de Francisco Carvajal que se graduó conmigo, voy a ser el padrino. Con los del Moderno siempre que podemos nos vemos, hacemos cosas, hay muchos de mi curso que trabajan cerca de mi oficina, a veces almorzamos. La relación sigue siendo muy buena. Así no estemos juntos como otras promociones, siempre intentamos vernos.

Tengo amigos de otras promociones, por ejemplo, en Rubicam trabajé con Sebastián Sánchez de la promoción 2005, fue uno de mis grandes mentores. El colegio también ayuda a eso, él me llevaba dos años, era mi Jefe de Banda en el 2005 y me ayudó muchísimo. Me decía qué tenía que hacer, cómo lo hacía él, yo le mostraba ideas y me daba su opinión. Sebastián me ayudó muchísimo, le debo mucho. En Lowe trabajo con Daniel Henao, promoción 2010 y otros de varias generaciones. Trabajar con gente del Moderno siempre es chévere, es volverse a conectar.

(LC): Hizo parte de la Banda… ¿Cómo le fue?

(JPM): Yo entré al colegio en Séptimo, no era nadie. Samper era el Jefe de Banda en ese momento. En mi anterior colegio veía que las bandas del Campestre y del Moderno iban a tocar y quería estar ahí, me parece increíble, la música me encanta. El día que entré, muchos amigos míos estaban en la Banda y me invitaron al ensayo hablé con Soto, que en ese momento era el Jefe de Liras. Mis amigos me enseñaron una canción, hice la audición y logré entrar. Casualmente a la semana íbamos a ir a Caobos, volví a mi anterior colegio una semana después de irme como parte de la Banda.

Me gusta de la Banda porque uno es su propio jefe, no habían como tal profesores, la responsabilidad de aprender de compañeros de otros cursos, era disciplina a partir de algo en lo que no hay control. Todo el mundo era juicioso. A mi me gustaba y me gusta mucho proyectar mi vida a corto plazo, si entré a liras, luego quería estar en timbas, lo logré en noveno, después quería ser Jefe de timbas y en mi año lo conseguí. Nuestra banda era malísima, nos fue mal, afortunadamente en el 2006 ganamos. Amaba la banda, amaba quedarme, no tenía problema en quedarme hasta las 11 o 12 pm, mi instrumento lo cuidaba, era muy bonito ese sentimiento de propiedad que inspira la Banda.

(LC): ¿Fue parte de algún Comité?

(JPM): En Once me volví el presidente del Comité de Publicidad con Márquez, desde siempre nos gustó mucho el diseño, hacer cosas diferentes, intentamos algo hacer algo diferente. Ahí empecé a darme cuenta que hacer las cosas diferentes era mejor. Tengo mucha familia publicista y siempre me ha gustado, pero en el Moderno me di cuenta de que esto era lo mío, entrar en un computador y empezar a diseñar me gustaba mucho.

(LC): ¿… Y las excursiones?

(JPM): En Séptimo fuimos a Pereira, esa fue la primera excursión de mi vida, me abrió ese panorama de conocer Colombia. Después, en Octavo fuimos a Villa de Leyva a caballo, fuimos el primer curso que lo volvió a hacer. Fue largo siete días hasta Villa de Leyva y después nos devolvimos en bus. En Noveno nos fuimos a Nuquí y a Gorgona en barquito. Fuimos con los otros Novenos: A y C, éramos muchos en un mismo barco, para mí fue buenísimo porque casi todos mis amigos eran de «A» y no de «B». El barco me daba mareo, pero las playas eran increíbles. En Décimo fuimos al Amazonas, en época del Mundial 2006 y no podíamos ver muchos partidos. En Brasil nos tocó un partido Brasil-Croacia muy chévere. También tuvimos que caminar por casi quince horas con una mochila, no era como la excursión de Amazonas de otro colegio, acá era si llegaba la noche ponga toldillos, pongan las hamacas. Nos quedamos una noche en un hotel bueno, ya estábamos muertos. En Once nos fuimos a Egipto. Esas fueron las excursiones, eran buenísimas, esos momentos de integración con el curso, con otros cursos.

https://gimnasiomoderno.edu.co/gimnasio/historia/2004-2013/

(LC): ¿Cree que el Moderno le marcó la vida?

(JPM): Totalmente, yo soy una persona diferente después del Moderno y sigo intentando mantener lo que aprendí en el colegio en mi vida profesional y me he dado cuenta que me ha dado muchos frutos bastante grandes. Por ejemplo, si uno es constante, tiene algo en la cabeza y es algo que quiere, tiene que explotarlo. Eso es algo que me enseñó el colegio, me enseñó una parte de amabilidad y de ser humano antes de jefe, porque yo manejo mucha gente y mis reinados no son de tiranía sino de apoyo. A mi acá me enseñaron que yo tengo que tratar bien al jefe, como a el portero. Incluso ahora que llegué estaba ‘Pedrito’, me saludó por el nombre, se acordó de mí, me gradué hace once años y se sigue acordando. Me gusta es ser buena persona, ser querido con todo el mundo, yo no me creo mejor que nadie, soy entregado a mi trabajo y nos ha ido bien y eso me lo enseñó el colegio y creo que me ha dado frutos en mi carrera desde la universidad, pasando por Rubicam, ahora en Lowe y después lo que se venga.

(LC): ¿Qué es para usted el Espíritu Gimnasiano y la Disciplina de Confianza?

(JPM): Para mi la Disciplina de Confianza es ser responsable sin tener a alguien encima, que yo creo que es lo más valioso que uno puede tener cuando uno ya crece. Yo no necesito un general, no necesito una persona con una pistola que me esté diciendo que hacer, sino que yo mismo aprendo mis tiempo y me organizo para saber que tengo que responder por cosas que eventualmente son para mí. Yo creo que eso es lo que el Moderno y la Disciplina de Confianza le imprime a uno.

El Espíritu Gimnasiano es muy grande, de compañerismo, de estar siempre para el otro, de ser el mejor que uno pueda ser en lo que uno haga, sin importar lo que sea. Para mí lo más importante del colegio fue eso y lo que yo siempre me llevo del espíritu del Moderno es, sea como sea pero sea el mejor.

(LC): Y para terminar… ¿qué le quisiera decir a los gimnasianos de hoy en día?

(JPM): El único mensaje que yo les puedo dar es que aprovechen mucho el colegio, se acaba y es muy triste, llega la vida real, que lo aprovechen mucho pero sobre todo que pongan en práctica todo lo que aprendieron en el colegio, disfruten el colegio al máximo, si son gimnasianos acá dentro y afuera, les va a ir muy bien.