FRANCISCO REYES

El Abogado de la Universidad Javeriana, master en Leyes de la Universidad de Miami y PhD en Derecho de la Universidad de Tilburg (Holanda). Gestor de reformas en el régimen societario, Ley S.A.S. Superintendente de Sociedades 1995 y desde 2014, Francisco Reyes Villamizar, egresado de la promoción 1980, recibió al equipo de La Cartelera, en su oficina ubicada en la calle 26, para compartir una agradable conversación.

Presentamos aquí la entrevista:

La Cartelera (LC): ¿Cuál es su primer recuerdo del Gimnasio Moderno?

Francisco Reyes Villamizar (FRV): Yo entré al colegio en 1967, muy pequeño, sólo tenía 4 años. Recuerdo el entorno tan hermoso, el kiosco, que entonces era un edificio de madera muy bonito. Las clases de canto, a las íbamos a una especie de sótano en el mismo edificio donde era el kínder, Montessori. Se llama así porque se seguían las técnicas de María Montessori, una educadora europea  muy famosa de comienzos del siglo pasado y que tuvo influencia en la visión que don Agustín Nieto tenía sobre la educación. Había un piano en ese sótano y la profesora  que se llamaba Beatriz de canto, ella enseñaba canciones básicas y los niños que molestaban, los obligaba a calentar narices. Era un castigo en el que se debía pegar la nariz a la pared helada.

Recuerdo también el uniforme de los viernes  con chaqueta y corbata, a los cuatro años, lo cual era un poco atípico, pero de todo caso son recuerdos muy gratos de esa época tan antigua.

(LC): ¿Algún profesor que recuerde con especial cariño?

(FRV): Yo creo que hay que hablar de profesores muy importantes durante el colegio. Muchos con influencias significativas, algunos, entiendo todavía están en el colegio, como por ejemplo: Pompilio Iriarte, el profesor Leal, de música, muy destacado, muy culto en temas de música clásica, hacía sus propias composiciones, adaptaciones  y transposiciones de obras de Bach, lo cual era muy interesante para el coro. Yo siempre forme parte de los coros del colegio, había varias categorías y siempre estuve allí. Recuerdo también al profesor Nelson Cuervo y a su esposa Myriam, Clara Inés Riveros de Primaria y por supuesto Agustín Nieto Caballero, un personaje tremendamente importante e intelectualmente era la conciencia moral del colegio.

(LC): ¿Cómo era su relación con El Prof.?

(FRV): El Prof. era muy simpático, era un personaje un poco distante. Uno lograba acercarse a él, no tanto en las clases, en los paseos a su finca en Tabio, donde uno ya sabía cuáles eran los hábitos que tenía. Allá uno lavaba los platos y él preparaba  la comida, pero uno no podía inmiscuirse en la de las labores culinarias porque era lo que más le molestaba, entonces obviamente, siempre tratábamos de inmiscuirnos, para ver qué reacción tenía.

El Prof. fue muy significativo para mi generación, no tanto por conocimientos específicos que hayamos aprendido de él, sino por su visión del mundo, una visión enciclopédica. Era un hombre obviamente de su generación, un hombre europeo donde muchas de las cosas que importan en el mundo eran las que sabía. Hablar idiomas por ejemplo, geografía, historia del mundo, obviamente música clásica. Él tenía una discoteca muy, muy importante en su apartamento en el Edificio Principal y algunos alumnos, sí querían podían a oír música, sabía mucho de esos temas, era un personaje que tiene mucha importancia, por eso creo que es muy grande.

Ya hable de don Agustín, que es una figura tutelar en el colegio, tiene una importancia central por la visión que el impartió para el colegio, era el estandarte moral y ético del colegio. En su personalidad y en su comunicación con los niños. El profesor Gabriel Triana, también fue relevante, era el profesor de Química. Así como Isabel Holguín de Gómez, Directora de Primaria. El Gimnasio Moderno era un sitio que reclutaba importantes personajes con una vocación muy clara de enseñanza, lamentablemente cuando yo llegué al colegio el profesor Henry Yerly, un profesor de Matemáticas suizo, ya se había ido.

Recuerdo que una vez el Prof. nos prestó el teatro del colegio para ensayar. Yo tenía una banda de rock. Un día durante el ensayo, él, que era respetuoso de la música moderna, pero obviamente  no  era de su generación, nos preguntó: …”ustedes, ¿Cómo llaman a eso?”…, a lo que el pianista, que después se dedicó profesionalmente a la música clásica, le contestó muy enfáticamente…”Música”… Era Eduardo Carbia, que no era del Moderno, era del Campestre, y terminó estudiando clavecín con el maestro Puyana  en Paris.

Increíblemente, yo mantengo amigos de esa época, no eran todos del Moderno pero amigos musicales. Nuestro curso era muy pequeño, y no hubo nadie que se dedicara al derecho o a la música que son cosas que yo hago. Tengo algunos amigos del colegio y me comunico con ellos  gracias a todas las comunicaciones modernas.

 (LC): ¿En qué materia era bueno?

(FRV): A mí me fue bien realmente, sin haber sido un alumno de cinco, a mí me fue bien en las materias de humanidades y siempre me encantó la Literatura. Siempre me encantó todo lo que tenga que ver con escribir, esa ha sido mi pasión toda mi vida.

 (LC): Y… ¿la música?

(FRV): Desde muy pequeño estuve en la banda del colegio, en los coros, en actividades vocacionales y extracurriculares, es algo que le agradezco al colegio. Es uno de los grandes legados, tuve la oportunidad  de desarrollarme musicalmente y es una actividad que me a acompañado toda la vida, yo siempre he sido músico.

Y de hecho, me encuentro con frecuencia con músicos del colegio, como los hermanos Cuellar, eran legendarios. Precisamente estuve tocado con ellos este fin de semana. Me llama la atención porque ahí también estaban los de Compañía Ilimitada con quienes he tocado también y entiendo que han ido saliendo otros artistas musicales del colegio. Siempre ha habido un cierto sentido estético del colegio que a mí me parece muy importante, que comienza desde la arquitectura del colegio, los árboles, el diseño urbanístico, con el sistema que don Agustín creo que es importante para desarrollar el conocimiento. Tal vez, es el único lugar que ha tenido esas condiciones y que se ha mantenido así. Es muy importante esa visión estética del colegio.

(LC): ¿Cuál era la materia terrible?

(FRV): Realmente yo no fui muy buen matemático, a pesar que hoy en día no me molestan  tan las Matemáticas. Era difícil Álgebra, hoy la vería de una manera  muy diferente.

(LC): El… “Álbum de menor venta de la historia del disco”, cuéntenos un poco de eso

(FRV): Ese es el álbum de Sociedad Anónima, banda que forme hace algunos años. Ese fue un disco que a pesar de ser nombrado como el de menor venta, es difícil de conseguirlo porque se vendió todo. Ahí estaban varias canciones que fueron interesantes y algo conocidas: “La causa nacional” o “Dime tu”, esa fue la época  de donde yo estuve seriamente comprometido con el movimiento de rock en español en Colombia. Hicimos conciertos, tocamos, hicimos giras, una época muy especial, el álbum original se vendió en acetato. Para explicarles a los muchachos, era  un sistema de grabación de la antigüedad  pero está también en YouTube.

 

También he tocado con Compañía Ilimitada, con Carlos Vives, he tocado con mucha gente, amigos y personas… Siempre he tocado Rock, Pop, sólo en una época toque Jazz.

(LC): ¿Cómo logra compaginar la música con el derecho?

(FRV): La vida tiene distintas dimensiones, algunas personas les parece un poco exótico que uno sea músico, sobre todo músico de rock siendo profesor derecho. El decano de la Universidad de Friburgo – Suiza, donde yo enseño es un músico consagrado y cuando vino aquí a Colombia, nos dedicamos a tocar más que a dar conferencias. Hay un profesor de sociedades que se llama Clark Follow guitarrista  de una banda que sirvió de telonero en los años 70 a los Rolling Stone, también estuvo acá y estuvimos tocando. Entonces si hay posibilidad de compaginar distintos entornos, dimensiones  vitales, como hay gente que hace otras cosas, escriben poesía y son arquitectos o es un gran deportista y a la vez ejerce su profesión de ingeniero.

Yo creo que eso es muy valioso y el colegio tiene eso también, ahí sí creo que hay un legado importante del colegio, multiplicidad de opciones que además para la época que yo estudie no era  tan frecuente. Hoy tal vez los colegios tienen esa clase de dimensiones, pero don Agustín tenía la idea que uno tenía que estar expuesto a muchas disciplinas  y ver cuáles eran las más útiles para uno.

El colegio tenía una concepción liberal para que no fuera repugnante dedicarse a varias cosas al tiempo, no es en absoluto incompatible  y eso hace parte de la visión del Moderno, uno puede ser músico y abogado o músico y médico, como en el caso de los Cuellar, en el colegio era muy claro, eso contribuye a que uno pueda hacer varias cosas y tratar de hacer de la mejor forma con cuidado y dedicación.

En el Moderno no había un inglés muy bueno, pero gracias a la música, tuve una aproximación tal que pude hacer mi maestría y doctorado, hoy en día enseño en inglés, soy profesor de varias universidades del mundo, he enseñado en Suiza,  Japón, Angola y en muchos otros países…

 (LC): ¿Quién es Naná?

(FRV): Es un apodo que viene de la casa, que termina trascendiendo y convirtiéndose en un apodo de la época del colegio.

 (LC): Cuéntenos alguna pilatuna

(FRV): Muchísimas, hicimos muchísimas, por ejemplo nos tomamos unos sótanos que existían en el colegio, ahí armamos una especie de cambuche  dónde hacíamos nuestras reuniones secretas hasta que nos descubrieron. En esa época  también eran las primeras aproximaciones al aguardiente, eso forma parte de la adolescencia, el colegio tenía cierta tolerancia a las pilatunas.

Las excursiones eran una de las partes más relevantes y era uno de los conceptos de don Agustín,  teníamos que querer el país antes de viajar por fuera. Hay sitios a los que jamás habría ido si no fuera por las excursiones del colegio, por ejemplo San Agustín o Tierra Adentro, que ahora son tan conocidos.

(LC): ¿Una en especial?

(FRV): Las cuevas en Santander llenas de murciélagos. Eran una cosa sensacional con esa humedad y calor, un sitio tan exótico. A mí si me gustaban mucho esas excursiones, no fui buen deportista, me refugiaba más en la música, lectura y otras cosas, pero como todo colegio de hombres tocaba jugar un poco de fútbol, yo era defensa, y en ese tiempo era una posición un poco humillante.

(LC): ¿Volvería al Moderno como profesor o ejerciendo algún papel importante?

(FRV): Yo  he sido profesor toda mi vida, profesor universitario y creo que la docencia de Primaria y Bachillerato son muy distintas, diría más exigentes  porque el profesor universitario da por supuesto que ya hay una especie de conocimiento intelectual que permite  una combinación mucho más fluida, en cambio el docente debe tener una comprensión especial del crecimiento, de aspectos psicológicos  que son bien difíciles.

Pero claro, dar cualquier conferencia a mí me encanta, el contacto con los jóvenes y con los niños pero creo que  no tengo la capacitación para hacerlo y eso que tengo más de 30 años como profesor universitario.

(LC): ¿Para usted que es el Espíritu Gimnasiano?

(FRV): No creo en esos sellos porque me parece contrarían un poco  la heterogeneidad, la autonomía,  la independencia,  la esencia misma del ser que está inscrita. Uno puede tener elementos de ética, pero que no puede clasificarse, pueda  que lo tenga, pero prefiero no clasificarme en un espíritu específico porque contraria el carácter  universal que uno podría tener.

(LC): La Disciplina de Confianza…

(FRV): En la época mía fue adecuada, en la medida que si había una cierta exigencia académica, no muy alta pero con una  libertad para escoger lo que uno quisiera. Las condiciones actuales demandan  exigencia indudablemente y a pesar de que debe haber autonomía y libertad, el conocimiento también es importante para prepararse uno en un entorno tan complejo y con tanta competencias es importante, además de tener autonomía, libertad, capacidad de elección, también tener conocimiento profundo  y en esa medida las especialidades son importantes, si alguien es bueno para la ciencia, no lo puede hacer sin el mayor rigor.

(LC): ¿Qué consejos le daría a esas generaciones de hoy en día?

(FRV): La educación es un concepto inmutable, a pesar que todos los avances  que se puedan dar, que hay internet, libros. El concepto educativo sigue siendo el mismo en su esencia  en realidad es una aproximación universal al conocimiento bajo un método que es único  para aprender física nuclear, derecho o literatura.

La lectura es un método que existe en la cultura occidental y que se ha mantenido por eso, es insustituible por más elementos electrónicos que existan, la lectura de libros  para mi gusto, puede sonar un poco anacrónico de libros físicos que se pueden subrayar  de papel, sigue siendo fundamental y si pudiera dar un consejo porque yo soy un poco cauto en eso, cada ser humano tiene una forma de ver y tomar sus propias decisiones, pero yo sí creo que una  de las circunstancias que le ayudan a uno es tratar  de tener la mente abierta y no circunscribirse a  compartimientos estancos o conceptos cerrados, si no tratar de enfrentarse al mundo de una forma universal, el conocimiento estético me parece fundamental, las artes plásticas, la música…