JORGE TORRES VELÁSQUEZ
El equipo periodístico de La Cartelera para la edición junio, tuvo el placer de entrevistar al reconocido empresario caleño, exalumno interno de la promoción 1969, Jorge “Forzan” Torres Vásquez.
Torres estudió Administración de Empresas en la Universidad Javeriana de Bogotá. Continúo su crecimiento profesional con algunos diplomados entre ellos: Gerencia de la comercialización internacional, Manejo financiero de las bolsas, de la Universidad del Rosario y en importantes institutos en Miami. En 2013 obtuvo el título de Máster en Dirección de Proyectos, Programas y Carteras.
Actualmente Jorge Torres es Gerente General de Colcadenas Ltda, empresa familiar de tradición, galardonada como una de las mejores, por la Cámara de Comercio de Cali, Valle del Cauca, en 2019. Colcadenas lleva más de 57 años en el mercado nacional dedicada a la fabricación de cadenas en acero. Además Torres es socio de proyectos de infraestructura de gran magnitud en Armenia, Quindío y se encuentra emprendiendo otro negocio familiar de comida marina con sedes en Armenia, Pereira y Manizales.
Presentamos aquí la agradable entrevista con este importante empresario gimnasiano.
La Cartelera (LC): ¿Qué recuerda con más cariño del Colegio?
Jorge Torres Velásquez (JTV): Si le preguntas eso a un interno la respuesta será la misma y no creo que me equivoque. EL INTERNADO. Qué experiencia más maravillosa.
Llegue al colegio muy niño, recuerdo que casi todos los internos moríamos por una profesora que se llamaba Helena, tenía un cuerpo escultural. Recuerdo que los domingos yo era el encargado por parte del Padre Montalvo, de recoger la limosna en la Misa del domingo en la Capilla del colegio. A la Misa asistía una niñita muy bonita y los internos que eran como una familia para mí, me molestaban con ella, tanto así, que le tomaron el teléfono. Todas las noches me ponían de primero para llamar, en el único teléfono que había para 32 internos. Amor obligado por los internos que duró muy poco y fue un amor telefónico.
(LC): ¿Qué profesor marcó su vida?
(JTV): Sin pensarlo dos veces, El Prof. Ernesto Bein. Él nos enseñó que para triunfar se necesita disciplina y esfuerzo como dice nuestro Himno. Podría decir que no fue la forma en que nos enseñó y educó, sino el método que uso. La sola mirada o llamado, “Señor Torres” ya se sabía qué y cómo nos diría algo. Nunca fue grosero, pero infundía un respeto soberano. Con él había un diálogo, respeto y unas órdenes que se cumplían, porque simplemente era un mandato.
Recuerdo que estando en Preparatorio el Prof. Bein, me llamó un día y me dijo: “prepare un tema que usted habla en la reunión del colegio el próximo viernes”. Yo tenía 10 años y medio. El día en el que tuve que hablar, me temblaron las piernas durante 20 minutos, que fue el tiempo que duró mi lectura, porque todo fue leído y de los mismos nervios, repetí un párrafo dos veces. Fue mi primera intervención en público, además inolvidable.
(LC): ¿Recuerda alguna excursión?
(JTV): Me impactó la excursión a Nariño. Fuimos en bus hasta Tumaco, salimos de Bogotá a Cali, que fueron 14 horas. Después, de Cali a Pasto en una difícil carretera 12 horas y finalmente a Tumaco 9 horas. Allí navegamos hasta la isla de Boca Grande, que además tenía unas playas bellísimas. El poder compartir con los compañeros, salir en horas nocturnas en estas ciudades, conocer el volcán Galeras en la parte más alta permitida, son muchas vivencias que jamás olvidaré. Cómo eran solo ocho días, el regreso fue en avión; recuerdo un Douglas (DC-3) viejo, de una aerolínea poco conocida, volando por la selva chocoana hasta llegar a Cali y luego a Bogotá. Fue una experiencia inolvidable.
(LC): Alguna anécdota que quiera compartir.
(JTV): Muchas… pero les cuento una. El Moderno y sobretodo el Internado tenía unos genios. Al momento de llegar al Internado, el primer día, alguien salía y ponía el apodo a uno. Era algo increíble, en segundos quedabas bautizado de por vida. En mi caso particular, yo era un niño de escasos 10 años, medía 1.10 metros y pesaba no más de 40 kilos. Mi hermano ya estaba en el Colegio y en el Internado hacía dos años y ya tenía su apodo, era Pipelón. ¿Por qué Pipelón? Bueno, era el reconstituyente de la época, la publicidad decía: “Sí su niño es flaco y barrigón dele Pipelón”.Ya se imaginarán porqué le decían así.
Bueno, el año en que llegué al Internado del Moderno, a alguien se le ocurrió y me saludo diciendo: “Bienvenido Forzan”, y así me quede de por vida. Hoy en día, cuando un interno, sobretodo Chispas (Luis F Gómez) o el Pájaro (Álvaro Gutiérrez), me llaman a la oficina siempre preguntan por Forzan. Ya mi secretaria aprendió, pero al principio decía: “está equivocado”.
(LC): Para Ud., ¿qué es el Espíritu Gimnasiano?
(JTV): El Gimnasiano se siente orgulloso de su colegio. Nosotros, después de tantos años todavía nos reunimos. Tengo compañeros que no pasa una semana sin que hablemos. El gimnasiano es sentido de compañerismo. Nosotros somos bachilleres de una institución con unos principios fundamentales para la buena convivencia. Estudiamos en un colegio con fundamentación liberal, distinto a libertinaje, con ideas de avanzada. Somos personas de bien, en su gran mayoría, (hay ovejas negras como en toda familia) pero somos personas de bien, con un claro sentido de responsabilidad y algo en especial, somos compañeros de siempre. Amamos la constancia y el esfuerzo, profesamos un culto a la verdad; como las aves bajo el dombo inmenso vamos cantando en pos de un ideal, como dice una estrofa de nuestro bello Himno.
Los estudiantes y las personas que tuvieron la oportunidad de pasar por el Moderno nos sentimos orgullosos. Actualmente vivo en Armenia, que es mi tierra, y cuando hablo con amigos paisanos, con mucho orgullo digo que estudie en el Gimnasio Moderno, de lo cual somos muy pocos los Quindianos que tuvimos esa posibilidad. Cada vez que voy a Bogotá y pasó por el Colegio digo «ese es mi colegio”. Lo digo con alegría y con mucho cariño.
Me quedó marcado el legado de don Agustín, el refinado Rector y del Prof. Bein el mensaje de la disciplina, cumplimiento y el deber de educarnos para servir a toda una comunidad para poder vivir con la conciencia limpia y eso he hecho en mi vida. El sentido de pertenencia que me enseñaron los profesores aún sigue vivo.
(LC): ¿Cree que su paso por el Moderno definió su vida? ¿Por qué?
(JTV): Mi respuesta es un SÍ en mayúsculas. Cómo no reconocer que los aprendizajes en el colegio y la convivencia en el Internado, fueron vitales para mi formación. Yo madure “viche” como decía mi abuela, y es cierto porque convivir a mi edad (10 años) con grandes, ver como interactuaban, como desarrollaban sus actividades, compartir con ellos de frente, en fin… ser parte de ese grupo, me enseñó cómo vivir y cómo abrir camino en la vida.
(LC): ¿Qué consejo le daría a los gimnasianos de hoy en día?
(JTG): No olviden nunca el legado del colegio, siga los principios que nos enseñan pero ante todo, sean auténticos, puede que uno no sea popular por el modo de ser, pero siempre que seas tú mismo nada tiene límite. Eso lo aprendí en el moderno. Igualmente se puntual, siempre en todas las actividades. Eso es respeto con la gente y contigo mismo. Nunca deje nada a medio camino, fíjese metas y lógrelas, hay veces el camino es tortuoso pero en la vida nada es fácil. Si necesitas apoyo pídelo, los mayores tienen algo que los jóvenes no tienen EXPERIENCIA. Por último nunca dudes de ti, si cometes errores encuentra no un fracaso, sino una oportunidad y una enseñanza.