JOSE MAURICIO RODRIGUEZ

El equipo periodístico de La Cartelera recibió la visita del reconocido cantante José Mauricio «Rorro» Rodríguez Pinilla, egresado de la promoción 2001, líder de la banda Mauricio & Palo de Agua, quien en una agradable conversación recordó momentos de su vida en el Gimnasio Moderno.

Pionero del Tropipop, Rodríguez ha sido merecedor de varios premios nacionales e internacionales, por su trabajo musical, entre los que se destacan nominaciones a los Premios Grammy Latinos en 2004​ y 2009, y el Premio Sigla de Oro en Milán-Italia, lo que lo ha convertido en embajador de la música colombiana a nivel internacional.

Esta es la entrevista:

La Cartelera (LC): ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene del Moderno?

Mauricio Rodríguez (MR): El primer día de clase lo tengo muy presente, con todos mis amigos. Recuerdo el llanto de todos mis compañeros, hacían pataleta, no quería quedarse solos en el colegio.

Mi salón era el que hoy en día es Montessori II. Es día mis papas, se quedaron parados frente a la escalera, y desde el primer piso me daban ánimos y me tranquilizaban. Me decían “esto te va a gustar, vas a ver que esta va a ser tu casa” pero me quería ir.

Me acuerdo los primeros partidos de fútbol, que con el paso de tiempo se convierten en casi una religión. Jugaba todos los días, fui arquero hasta Undécimo. Fui de la selección Juvenil y de la Mayores. En muchos encuentros fui suplencia y reemplazaba a algunos arqueros a veces. Me apasiona ese deporte. El básquet también me gustaba…

También fui de la banda en las liras y en el bombo. Me gustaban las liras porque llevan melódica y es parecida al piano. Dure los cuatro años en el Bachillerato. Entré por una invitación que me hicieron y bueno, entre a la banda pero nunca me había atraído tanto, porque era como imitar.

(LC): ¿Recuerda a su primera profesora?

(MR): Por supuesto, fue Ángela Borda. Ella además de ser mi primera profesora, fue  mi segunda mamá, en el colegio. La quiero mucho. Me recibió en 1986 en Montessori I. Y esto fue pasar de una cuna a otra.

Me acuerdo lo bien que se siente uno acá, con todos los profesores, no tuve problemas con ninguno. Y eso creo que marco una diferencia enorme en cuanto a la vida de muchos amigos que han pasado por colegios a los que no vuelven.

(LC): ¿Hizo alguna pilatuna?

(MR): Hice de todo. Una vez teníamos un examen de Física muy difícil, nadie había estudiado. Por supuesto, la única forma que se me ocurrió para no presentar el examen fue tirar unos pedos químicos. Eran fuertes que tocó desalojar todo el Bachillerato.

En otra oportunidad, le quitamos las llantas a uno carro de un compañero de curso. Al tipo le habían comprado carro nuevo. Le tenía hasta nombre. Cuando llegó por la tarde, estaba en ladrillos el carro.

(LC): Por otro lado, las excursiones son parte importante de la formación en el Gimnasio ¿recuerda alguna?

(MR): Recuerdo muchísimo la de San Agustín, una experiencia muy bonita, tenía 15 años. Fue inolvidable, pues San Agustín es muy especial, tiene unas cosas muy bonitas que ofrecer, me gustó mucho toda la logística, lo que conocimos y lo que aprendimos.

Todas las excursiones fueron buenas, pero no me gustaron mucho las primeras, las de tres días, porque cuando me empezaba a integrar con mis compañeros, ya se acababan. A mi me costó mucho trabajo hacer amigos. Quinto de Primaria fue tremendo. La primera excursión de tres días fue muy difícil porque no conocía bien al grupo con el que viajaba.

(LC): Las excursiones siempre van acompañadas por maestros ¿alguno que recuerde?

(MR): Claro, don Guillermo. Él era lo máximo, yo adoraba a don Guillermo. Todo el mundo le tenía miedo, pero yo tenía una relación muy estrecha, pues era amigo de mi abuela, que también era profesora del Moderno. Don Guillermo era muy especial. Siempre me reía con él, me parecía un tipo brillante, un tipo con el que se podía sentar a hablar de lo que fuera y hablaba de todo. En una excursión yo me le pegue y lo oía, era formidable oír sus experiencias, sus cuentos.

Don Guillermo en su época fue el alma del colegio. Fue director de nuestro curso en once. Aprendí de él de una manera impresionante. Un gran historiador. Mis compañeros le tenían miedo por su voz fuerte y seriedad. Fue profesor de muchas cosas, pero para mí era un historiador impresionante. Él siempre se sentaba con una pierna en el piso y otra en el escritorio, esa era su posición para dictar clase. Murió hace aproximadamente cinco años.

(LC): Hablando de profesores… ¿Qué profesor le cambio la vida?

(MR): Jorge Gutiérrez, el director del Área de Música del colegio. Gracias a él empecé a estudiar música con juicio. Fue director de Palo de Agua. Fue mi compañero de trabajo y hoy en día sigue siendo mi amigo. Es una persona que adoro, no sólo le guardo cariño por ser profesor y maestro, sino como persona. Jorge para mí, en el colegio, marco muchísimas cosas. Él me dijo: “vaya y luche por lo que es” y ese ánimo representó para mi toda una carrera. Jorge creyó en mí.

También recuerdo al profesor Leal. Con él aprendí a cantar, él me enseño las primeras armonías. En el Coro Infantil hice segunda y tercera voz.

 (LC): Además de música, ¿qué materia le gustaba más?

(MR): Me gustaban mucho las clases Sociales y las de Historia. Las clases al aire libre. Yo siempre fui un enemigo del encierro. Me gusta estar poco tiempo en un mismo escritorio. Me gustaba mucho el Centro Cultural y el fútbol. Me iba mal en Química, pero en Música me iba muy bien. Mi problema verdaderamente era que me englobaba en la ventana viendo los pajaritos, los dibujaba. Por eso el profesor estaba allá dictando Matemáticas, y yo estaba aquí, en otro mundo.

Pero, la música siempre ha estado presente en mi vida, creo que el primer concierto que ofrecí fue en 1999, en el Centro Cultural para la Mañana del Talento de la Semana Cultural. Fue cuando mostré por primera vez lo que tenía. Ese día cante a Silvio Rodríguez, todo el mundo quedo sorprendido y me gane el premio. Desde de ahí empecé a participar en concursos de música, gané varios inter colegiados.

Debo reconocer que el Moderno siempre me apoyo, me daban muchos permisos para poder participar en los concursos, lo único que tenía que hacer era: “traer el primer o el segundo lugar” y traía el primero. Juan Carlos Bayona, el rector de esa época, los mostraba los lunes en el Encuentro Matinal. Esos fueron mis primeros conciertos.

 (LC): En esos momentos ¿ya tenía repertorio propio?

(MR): Si, tenía “Niña”, “Darte un beso” y “Es ella”. En ese momento estaba casi que la mitad del disco “Un canto caribeño”. Compuse esas canciones a los 16 años y sonaban en la emisora del colegio. Por eso ya me conocían en los colegios amigos. Mi público eran mis amigos, los amigos de ellos, mi familia, las familias de los amigos y así. Ese 31 de agosto se llenó el teatro, no sé cómo, pero fueron 600 personas. Hay una grabación de eso. Creo que se recolectaron dos millones de pesos, era plata en ese momento. Se vendían muy baratas las boletas, pero la idea es que con eso nos fuéramos a Cuba. Esa excursión era carísima y entre los que necesitaban apoyo estaba yo. Por eso organicé el concierto. Cuando llegue con la plata al curso me dijeron: “vallase usted”.

(LC): ¿En este momento a que se dedica?

(MR): En este momento estamos haciendo una gira de conciertos, que se llama “Los que son” en Bogotá, Manizales, Cali y Bucaramanga. Luego vamos a Perú y Ecuador. Ahorita viene una nueva canción que se llama “A tiempo” bien fuerte. Estamos esperando el momento justo para lanzarla. Ya tenemos el video, que lo hicimos en Nueva York a finales de año. Es una canción mía, compuesta por mí, producida también por mí.

Estoy tratando de hacer un tipo de versiones diferentes, un espectáculo diferente, estoy en desarrollo de eso. Quiero hacer un formato para adultos, que les gusta la música un poco más romántica, más íntima, elegante. También tengo un disco de boleros, y quiero ver cómo me va con eso, con ese tipo de show porque es ahí donde me doy a conocer un poco también con ese formato. Pues desde chiquito aprendí boleros para conquistar mujeres, me parece que da buen resultado.

(LC): ¿Cree que su paso por el Moderno, definió su vida?

(MR): Sí, me ayudo a ser quien soy. La forma de ser, por estructura, por disciplina, por honestidad. Yo creo que son valores muy personales. Uno no puede pensar que todos los del Moderno son honestos, son bonitos o buenos, pero la mayoría de los que fuimos educados acá, fuimos educados así. Aquí, en el Moderno, me enseñaron a hablar con el señor de la tienda, la señora que barre, me enseñaron a ser amigo del portero, a ser amigo de todos, a conocer el nombre de todos. El Moderno es una comunidad y nos enseñaron a respetar a todos por igual.

 (LC): ¿Cómo identifica a un gimnasiano?

(MR): Yo creo que los gimnasianos sabemos quiénes somos, es un instinto. Cuando empieza a hablar inmediatamente se sabe que somos gimnasianos, y se vuelve amigo. Esto es una comunidad, una rosca que se da por naturaleza. Me he encontrado con muchos gimnasianos y nos han brindado la mano en todo lado. Me han ayudado en Londres, Europa, España, Estados Unidos. Nos ayudamos. Es una hermandad.

(LC): Para finalizar… ¿Qué mensaje daría a los gimnasianos de hoy en día?

(MR): Yo les digo que disfruten los días de colegio. Disfruten lo que tienen acá porque a veces uno anda afanado con acabar el colegio, para no tener más tareas o exámenes. Hay que valorar mucho ese presente del colegio. Que lo amen y disfruten pues tienen muchas posibilidades. Que sigan soñando porque los sueños se realizan. Los sueños que en el mañana van a ser una realidad. Hay que soñarse y creerse esos sueños, en grande, en mediano, en chiquito, pero sueñen y no le tengan miedo a volar, eso es importante acá.

Presentamos aquí una entrevista que La Raqueta TV, hizo a este importante artista: