ROBERTO ENRIQUE MONTOYA

El equipo periodístico de La Cartelera contó para esta edición con el apoyo del Daniel Eduardo Montoya Torres (promoción 2015), quien entrevistó a Roberto Enrique Montoya Villa, su padre, ex alumno de la promoción 1980, quien se ha destacado por su importante trayectoria profesional en el sector académico y privado.

Roberto Enrique Montoya Villa

Foto tomada de: Pontificia Universidad Javeriana

Roberto Enrique se graduó del Gimnasio Moderno en 1980 y actualmente es el Director Ejecutivo de ICONTEC Internacional (Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación). El Instituto es reconocido por el Gobierno Colombiano como Organismo Nacional de Normalización. Entre las funciones a su cargo está la dirección del equipo responsable de la creación de las normas técnicas y de calidad colombianas que las empresas deben implementar para conseguir sus certificaciones. Hace seis meses asumió esta posición después de haber estado vinculado durante muchos años al sector de la educación superior. Fue Decano de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana durante 6 años, posteriormente Vicerrector Administrativo de la misma Universidad por 9 años, y antes de asumir su último encargo, tuvo un breve paso por el CESA como Vicerrector Académico. Además, fue miembro y Presidente del Consejo Superior del Gimnasio Moderno y Presidente de la Junta Directiva del Hospital Universitario San Ignacio durante el período septiembre 2013 a octubre 2015.

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Andres Felipe, David Eduardo y Roberto Enrique

La entrevista comenzó por preguntarle sobre la importancia del colegio en su vida, no sólo en el aspecto profesional, también en lo personal, y nos respondió afirmando que“…el Gimnasio Moderno marcó mi vida”. Pues para él fue trascendental la educación que recibió en el Gimnasio,cree que esa formación humana y espiritual le ha ayudado siempre. Razón por la cual, no dudó ni un instante en cuál colegio debían ser formados sus hijos: Andrés Felipe (promoción 2010) y Daniel Eduardo (promoción 2015), siendo el Gimnasio Moderno la única opción que de común acuerdo consideraron con su esposa, María del Pilar Torres, con quien está casado desde hace 26 años.

Presentamos aquí la entrevista:

La Cartelera (LC): Han pasado ya casi 36 años desde su graduación, ¿qué recuerda con más añoranza de su paso por el colegio?

Roberto Montoya (RM):Fueron muchísimos los buenos momentos vividos en el colegio y por lo tanto,es muy difícil elegir uno. Los recuerdos desde Montessori hasta Sexto de Bachillerato (Grado 11) quedaron grabados en lo más profundo de mi corazón y me atrevo a mencionar tres de ellos: las excursiones; la selección de fútbol y la Copa Aguilucho;pero en especial recuerdo la experiencia como presidente del Comité Cultural en 1980, en particular la planeación y organización del Bazar y de la Semana Cultural.

El Festival de Teatro era una de las actividades que más aceptación tenia durante la Semana Cultural. Eran comedias de diferentes grupos de teatro de colegios de Bogotá, que se presentaban durante toda la semana al final de la tarde, en la Biblioteca de Los Fundadores, en ese momento era el teatro Fernández Madrid.

Me acuerdo mucho de la comedia del grupo de teatro Femenino – Campestre, era de las últimas que se presentaba, fue tanta la acogida que sobrepasamos el cupo permitido. Tal vez la falta de experiencia y la emoción por el éxito alcanzado, nos llevó a vender muchas más boletas que el cupo del teatro, y durante la presentación por el exceso de peso el piso empezó a ceder.Alguien en el comedor se dio cuenta de la grave situación y del riesgo que había de un colapso de la estructura;que inmediatamente nos avisó y en vista de la posibilidad de que ocurriera un accidente,tomamos la decisión de suspender la presentación y solicitamos a todos los asistentes que evacuaran el teatro. Afortunadamente, salvo el susto, la inconformidad y los reclamos de muchos de los asistentes, no pasó nada. Al día siguiente, muy temprano, el Prof. Bein nos llamó a los dos presidentes y demás miembros del Comité. El regaño fue ejemplar,nunca lo olvidaré, porque no sólo habíamos sido tremendamente irresponsables al permitir el sobre cupo del teatro, sino también por haber puesto en peligro de accidente a los asistentes.No se me olvida que también nos tocó organizar una nueva presentación de la comedia en otro teatro.

Hoy, esta anécdota hace parte del pasado, la recuerdo con sonrisas y sin duda aprendí de lo sucedido; sin embargo ese momento fue crítico, y por eso las palabras del Prof. fueron enérgicas.

LC: De los profesores que lo guiaron ¿recuerda alguno que haya marcado su vida?

RM: Fueron tantos los profesores que contribuyeron a mi formación, que si menciono algunos nombres podría cometer el error involuntario de omitir alguno de ellos. Siempre estaré agradecido con mis maestros del colegio porque de todos, de una u otra manera, aprendí algo. De todas maneras si se trata de destacar algunos profesores que influyeron en mi vida, no dudo en decir que fue inolvidable la experiencia de haber tenido al Prof. Bein como Director de Sexto, hoy grado 11, es decir de mi último año en el Moderno. Precisamente en ese mismo año el Prof. falleció pocas semanas después de la sesión solemne, y por lo tanto, fue el último grupo que dirigió en el Gimnasio. El día del nuestro grado, a pesar de estar muy enfermo, estuvo presente con la ayuda de un par de ex alumnos. Me entregó el diploma y la Placa del Bello Carácter, estos hechos tan significativos hacen que lo recuerde con muchísimo afecto y admiración. Era un hombre recio, de mucho carácter, un maestro en todo el sentido de la palabra.

También tengo en la memoria otros profesores: mi primera maestra en Montessori fue María Cristina Esquerra; Cielito Duque, en Primero Decroly y María Enriqueta Barreto en Quinto de Primaria, hermana de Carmencita y de Pilar, quienes también fueron profesoras del colegio. De la época de Bachillerato, Myriam y Nelson Cuervo fueron muy especiales conmigo y hoy en día nos mantenemos en contacto por Facebook.

LC: Cuéntenos sobre las excursiones. De todas las que hicieron ¿cuál es la que más recuerda y por qué?

RM: Recuerdo todas las excursiones que hicimos con mis compañeros de curso, en especial las del Bachillerato porque en Primaria eran de un solo día. Mis favoritas fueron las excursiones a la Cueva de los Guacharos en el Huila, al Nevado del Cocuy y naturalmente, la excursión en jeeps a la Guajira con el Prof. Bein en el segundo semestre de 1980. En esta excursión el Prof. nos dio una lección de vida, el esfuerzo que hizo fue inmenso porque a pesar de la gravedad de su enfermedad, nunca se quejó. Simplemente se sobrepuso a esa dificultad, participó de todas las actividades con nosotros y disfrutó su última excursión a esa zona de nuestro país como siempre lo hacía.

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LC: Para usted, ¿qué es el Espíritu Gimnasiano?

RM: El Espíritu Gimnasiano es una cualidad, una característica que nos distingue, me atrevería a decir que es una virtud que tenemos los del Moderno en la cual confluyen muchos valores: el compromiso y sentido de pertenencia, el respeto y tolerancia, la honestidad y franqueza,la pasión por hacer las cosas, la alegría de vivir,la confianza en el compañero y amigo, y el sentido del humor. Una virtud que vamos construyendo a lo largo de los años en el Colegio en un proceso individual, donde es fundamental la Disciplina de Confianza, entendida como la capacidad de autorregularnos, de ser capaces de tomar por convencimiento propio decisiones correctas, en las cuales siempre está presente la dignidad del otro y su respeto. No actuamos como respuesta a una imposición o para evitar un castigo o sanción; y cuando cometemos errores, conscientes de sus implicaciones, asumimos con humildad las consecuencias.

LC: ¿Usted cree que esas características se pueden reconocer en una persona, en un Gimnasiano dentro o fuera de Colombia?

RM: Ciertamente son características que se reconocen rápidamente. La afirmación que señala que los amigos de colegio son amigos para toda la vida es realmente cierta en nuestro caso como gimnasianos; cuando me he encontrado con un ex alumno del colegio o he necesitado su ayuda, independientemente si fue o no compañero de promoción, o se graduó con pocos o muchos años de diferencia, siempre he recibido una respuesta positiva. Ese reconocimiento mutuo inmediatamente abre puertas y se traduce en disposición de ayuda.

LC: Ya para terminar, ¿qué consejo daría a los Gimnasianos de hoy en día?

RM: Los años de estudio de mis dos hijos en el colegio me permitieron después de mucho tiempo revivir con ellos la etapa más feliz de mi vida. Volví a estar muy cerca de todo lo que sucede en el sorprendente mundo del Moderno y tuve el honor de ser miembro de su Consejo Superior durante tres años y presidente del mismo durante dos años, en el periodo 2011 a 2013. Una oportunidad única, apasionante, en la que me entregué completamente por el colegio. Creo que fue una muy buena manera de agradecerle al Gimnasio Moderno todo lo que me dio en mi formación tanto humana como académica, la cual ha sido determinante en mi carrera profesional.

El mejor consejo que le daría a la nueva generación de gimnasianos, es que nunca se alejen del colegio y que especialmente en esta etapa coyuntural su ayuda es fundamental. Es necesario su respaldo al nuevo proyecto educativo que lidera el rector, Víctor Alberto Gómez Cusnir, con su equipo directivo y cuerpo de profesores. Los cambios introducidos desde 2011 están aún en proceso de consolidación y el esfuerzo para mejorar el nivel académico, implementar el bilingüismo y recuperar el verdadero sentido de la Disciplina de Confianza, requiere varios años antes de obtener los resultados definitivos. Lo cierto es que los avances son significativos y no tengo la menor duda de que el Colegio va por buen camino.

Y creo que en estos momentos la mejor forma en que pueden los ex alumnos apoyar al Colegio es confiándole la educación de sus hijos. El Gimnasio Moderno debe volver a ser la primera opción y por lo tanto si esto se cumple, en muy corto tiempo el número de hijos de ex alumnos matriculados en Montessori debería aumentar significativamente.

Terminada la entrevista, encontramos en El Aguilucho de noviembre de 1980, una breve incursión de Montoya en la literatura. Aquí su poema:

“Un amanecer, en mis labios rompió”
Con voz baja, susurro de niño
un amanecer, en mis labios rompió.

Palabras, que borrando la oscura noche
abren el camino a una felicidad eterna.

En la lejanía, la noche es solo una huella
profunda como el olvido.

Es nuestro amor aprendiendo a vivir
que al fin, ha encontrado
el sendero que tú y yo
un amanecer, con voz baja,
susurro de amor
empezamos a construir.